martes, 31 de marzo de 2009

Tragedia en 3 actos

Acto 1: La demagogia de Villalonga.

"No se va, lo he tirado yo..." Así se despachó Juan Soler con Juan Villalonga, un gestor al que él mismo contrató para que diera soluciones, y al que despidió cuando llegó a la misma conclusión a la que se ha llegado 8 meses después. Si, Juan Villalonga será demagogo, madridista y todo lo que quieran, pero supo lo que el Valencia necesitaba con urgencia nada más llegar, una ampliación de capital que inyectara dinero al club y no a los bolsillos de los accionistas mayoritarios, y por eso le echaron. Juan Soler y Vicente Soriano miraban entonces por sus intereses, y lo siguen haciendo ahora, porque de alguna manera, y por fin, han llegado a la conclusión de que, o la sociedad amplia su capital y subsiste, sin perjuicio de algún tipo de acuerdo secreto al que hayan podido llegar, o serán los ejecutores del Valencia CF perdiendo además un dineral. Y esto va a pasar casi un año después, y en el interin el Valencia ha dejado varado su emblemático nuevo estadio, ha dejado de pagar a sus futbolistas, y hecho mil y un nuevos ridículos que han dejado por los suelos el nombre y el prestigio del que no hace mucho fuera unos de los mejores clubes de Europa y miembro del club de los más ricos. Inmejorable gestión, no cabe duda, tanto personal como societariamente. Merecen todos los premios a la estulticia, el egoísmo paleto, y la ineptitud más flagrante. Y no digo que merecen ser colgados de los huevos porque no está bien, que si no lo diría...Meción aparte para D. Fernando Gómez, el catedrático, que ahora, después de alistarse en las filas de los que tiraron a Villalonga, dice con toda su cara que si, que lo de la ampliación es una muy buena idea...Pues vale, te ha costado 8 meses darte cuenta, eso sí, ahora estás dentro, y cuando era tan buena idea como ahora, estabas fuera. Chico listo...

Acto 2: Los medios también son culpables.

Todos, la Ser, Onda 0, Radio nou, éste, el otro y el de más allá...Lo de los medios de comunicación valencianos es terrible, indefendible, es realmente asqueroso. Ahora, por fin, parece que se han dado cuenta de que los accionistas mayoritarios defendían sus propios intereses y no los del Valencia, que la ampliación de capital no solo es necesaria, si no que se ha evitado de forma descarada y con mentiras en pro de intereses personales. Después de adscribirse gregariamente y sin remilgos al nuevo régimen de Soriano, Fernando y Vidagany, ahora parece que han descubierto América. Pasmoso. Pues muy bien señores, apúntese ahora el tanto, digan que ya lo dijeron, cuenten con la ingenuidad de muchos de sus oyentes/lectores, engañen a quien puedan, pero sepan que son cómplices de Juan Soler, Vicente Soriano y todos sus adláteres, por esconder la realidad, por maquillar lo evidente, por hacer panegíricos inmerecidos, gratuitos, dirigistas e intencionados, en fin, por pretender engañar y manipular a la afición vendiéndose por cuatro entrevistas y contenidos para sus espacios. Triste negocio el suyo.

Que sepan, aunque lo saben de sobra pero se lo callan, que lo que ahora están divulgando es algo que se viene discutiendo, diciendo y casi advirtiendo en foros, blogs, y demás espacios de los aficionados al margen de los suyos y su realidad inventada. Quien lea esto probablemente ya lo tiene claro, pero por si acaso, la afición más confiada debe saber que la opinión realmente libre, razonada y razonable sobre el Valencia está aquí, en internet, entre una parte de la afición que expresa su opinión por simple afán de opinar, y que vive el Valencia como una pasión pero no un negocio. Y que los medios, por muchos telefonos del oyente, mensajitos y hasta grupitos del Facebook, solo dan una versión distorsionada e interesada de la realidad, la que más conviene a sus intereses o mejor se adapta a las circunstancias y su propia verdad. En resumen, la opinión periodística no existe, solo la información convertida en deformación, y es algo que día a día es más evidente. Quien quiera opinión libre y honesta sobre nuestro club, aunque no siempre sea lo que quiera oír o no coincída con la suya, ya sabe, que encienda el ordenador y apague la radio.

Acto 3. Las estrellas del firmamento valencianista

El debate parece aflorar de nuevo. Cuando ya parecía que la afición entendía que si no hay más remedio hay que vender y no pasa nada ni es el fin del mundo, parece que el simple atisbo de una inyección de dinero hace que de nuevo se plantee la permanencia de nuestras estrellas y venderlas sea casi una traición. Pues no, no seamos ingenuos. Se haga o no la ampliación de capital o se consiga dinero por otros medios, si llega una buena oferta por un jugador que suponga una buena inyección de capital para este club depauperado, se acepta sin dramas y listo. Cualquier dinero que pueda paliar en parte la triste situación económica en la que está el Valencia, debe ser aceptado sin dudar, so pena de incurrir en una grave irresponsabilidad. Si llega una oferta por Villa de más de 25 m. de €, se acepta, y si llega una por Silva de más de 20, se acepta tambiém, y así para todos, cada uno por un valor razonable y adecuado. Y si ese dinero sirve para pagar las obras del estadio o tapar alguno de los múltiples agujeros, bienvenido sea.

Lo que hay que hacer es intentar fichar al nuevo Villa por un porcentaje de su venta, y convertirlo de nuevo en una estrella, y cuando llegue de nuevo una buena oferta, se vuelve a vender y vuelta a empezar. Y sí, está claro que el club necesita estrellas para tener competitividad y buena imagen, pero las estrellas hay que fabricarlas, como hemos hecho con el propio Villa, Silva, Mata o Alexis, y no comprarlas o mantenerlas a precio de oro como en los casos de Joaquín o Albelda. Mejor será que aprendamos de los errores y comprendamos que el Valencia crece cada vez que traspasamos a buen precio a nuestras figuras, y se estanca o retrocede cuando pretendemos ser lo que no somos. Y más en estos momentos por lo que pasa el club, en los que lo primero y principal es el propio Valencia CF y su futuro, y lo demás es accesorio. Y un consejo, si necesitan saber cuales son esas estrellas en ciernes a precio razonable, nada mejor que leer al gran Hoeman, se lo recomiendo. De nada.

Epilogo.

Es evidente que no tengo el don de la concisión, así que supongo que casi nadie llegará hasta aquí, yo mismo creo que este ladrillo es poco más que un exabrupto desarrollado y exageradamente farragoso, así que me ahorraré el epilogo, que cada uno le ponga el que le parezca.

2 comentarios: