Solo espero que Emery, que por fin ha demostrado personalidad y valentía, siga apostando por la juventud y las ganas en vez de la experiencia y acomodo de algunos protegidos de determinada prensa que se empeña en absurdos con tal de meterlos con calzador en el equipo. Desde aquí le pido a Unai que persevere, que no se deje intimidar o condicionar, y que, incluso si llegan malos resultados y surgen dudas, tenga el valor de seguir alineando a estos talentosos chavales con ganas de comerse el mundo pero que necesitan de la confianza del entrenador y partidos para mostrar todo lo que llevan dentro sin miedo a equivocarse y verse relegados.
Y dicho esto, quería hablar de otro valiente, Vicente Soriano, que ha tenido los santos cojones de plantarse en el palco de Mestalla después de "lo de Dalport". Hay que reconocer que el tío tiene arrestos, la cara muy dura más bien, pero también siento un poco de vergüenza propia y ajena. Ya sé que nadie en Mestalla sabíamos que este señor se hallaba allí, pero que semejante personaje, después de todos los desmanes que ha protagonizado y que a punto han estado de llevar al Valencia al pozo de la quiebra y el peligro real de refundación, pueda volver al palco como si nada, sin que nadie le pite, le abronque y le afee su conducta, es más, sin que la afición le exija que se largue con sus mentiras y sus plazos infinitos y no vuelva, es algo que, creo, solo puede pasar en Valencia, donde el meninfotisme es una actitud demasiado habitual.
Ya sé que nadie del Valencia va a cumplir con un acto de responsabilidad como denunciar la gestión de este tipo y su antecesor, pero al menos espero que, el próximo partido en que tal personaje acuda al campo, todo Mestalla le cante al unísono, "Soriano, canalla, fuera de Mestalla" y a ver si al menos se le cae la cara de vergüenza y se larga con su jeta de caradura integral, que clama al cielo tanta mansedumbre ante personas que merecen que, por una vez, el valencianismo demuestre un poco de dignidad.