jueves, 5 de junio de 2014

Empezar la casa por los cimientos

La dichosa venta sigue sin cerrarse oficialmente, pero suenan ya con fuerza nombres y más nombres de jugadores para el futuro Valencia de Peter Lim. Jugadores muy contrastados, de esos que hasta ahora no nos podíamos permitir, nombres que ilusionan y todos esperamos que sirvan para configurar un equipo potente y fiable que luche por todos los títulos. Sin embargo, hay algo de lo que no se habla mucho.
Durante estos últimos años de asfixia económica en que se han vendido las estrellas para sobrevivir y han aterrizado demasiados jugadores mediocres, he sostenido que nunca se debe empezar la casa por el tejado, que la base de cualquier proyecto ambicioso debe ser siempre un entrenador experimentado, con capacidad demostrada y mando en plaza, un auténtico capitán general capaz de dominar el vestuario y al entorno. Si la plantilla es floja, porque sería capaz de sacar el máximo a los jugadores y acallar las críticas, y si está llena de estrellas, porque sabría controlar egos y hacer de ellos un equipo con su ascendencia y autoridad.
Para mi es de cajón, la mayor inversión, siempre, debe realizarse en un entrenador capaz de dominar con mano de hierro todas las facetas de su trabajo. De lo contrario el equipo, sea el que sea, tendrá los pies de barro. Y eso me lleva a plantearme la figura de Pizzi, con muchos defensores pero muy pocos detractores, al menos que yo conozca.
Por aquí han pasado últimamente demasiados entrenadores poco experimentados que han venido a hacerse un nombre, con similar fortuna. Sólo Unai Emery es, a pesar de todo, defendible por resultados, pero Pellegrino y Djukic, ex futbolistas del VCF y entrenadores con un supuesto futuro brillante, se fueron del club con más pena que gloria, con un máster pagado pero sin conseguir que el equipo funcionara en absoluto. Valverde es el único que hizo un equipo bastante fiable con los jugadores que tenía, pero amasaba mucha más experiencia y por eso no lo comparo.
Y lo cierto es que Pizzi no ha mejorado realmente a ninguno de ellos. Es otro entrenador que vino al Valencia con escaso currículum y, aunque al principio pareció mejorar mucho las prestaciones del equipo, no consiguió dotarlo de la solidez y regularidad necesarias. De hecho, fue incapaz de meterlo siquiera en la UEFA Europa League.
Y me desconcierta que no se esté planteando el debate del entrenador. Casi todos creemos que Pizzi, con mejor plantilla, podría conseguir buenos resultados, y no digo que no sea así, porque no lo puedo saber. Pero ateniéndome a lo visto y su balance desde que llegó, tengo serias dudas que sea el entrenador que necesita el futuro Valencia. Una plantilla de lujo con un entrenador en crecimiento, sin experiencia y sin un bagaje que esgrimir cuando vengan mal dadas, puede ser una mala combinación. Y no me gustaría comenzar otro proyecto con un entrenador que genera dudas y que, si las cosas se tuercen, puede suponer una temporada más a la basura.
Así que, aunque no estoy pidiendo su cabeza ni mucho menos, sí sé que a priori me gustaría otro tipo de entrenador, ahora que podemos pagarlo. Con una economía saneada y pudiendo acceder a grandes jugadores, me parecería lógico fichar también a un gran entrenador de esos que no admiten dudas y han demostrado saber manejar el vestuario y el entorno de un club potente. Y que, por una vez, se empezara la casa por los cimientos.

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