lunes, 8 de noviembre de 2010

Bah, Iturralde...

Parafraseando al ínclito QSF con Mejuto, este partido se podría resumir igual, bah, Iturralde...

No merece la pena perder demasiado tiempo analizando esto. El Valencia se ha topado con un árbitro que siempre quiere salir en los periódicos, que no quiere pasar desapercibido como síntoma de haberlo hecho bien, si no prefiere salir en la foto y que digan lo que quieran. Que hablen, aunque sea mal. Un Lance que era más falta de Cáceres que le ha echado mucho cuento, que del propio Topal que incluso se ha girado para no chocar directamente, ha condicionado y desequilibrado el partido sin remisión. La expulsión de Topal es una exageración se mire por donde se mire, un exceso a la mayor gloria de Iturralde, que se ha cargado el partido ofreciéndolo en bandeja al Sevilla.

Hasta ahí el Valencia había conseguido sacudirse el dominio inicial del Sevilla y empezaba a controlar mejor el partido teniendo más el balón y yendo para arriba con más claridad. Hasta ahí. Después ya todo ha sido cuesta arriba, y poco se puede criticar.

A pesar de la derrota, y quizá con más razón, hoy estoy orgulloso de mi equipo. No sé si mañana lo veré de otra manera, pero ahora mismo, apenas acabado el partido, es como lo siento. Sin que hayan hecho un buen partido, sin que hayan estado especialmente brillantes tras quedarse con 10, sin que hayan tenido un poco de inspiración para intentar un mejor resultado, hay que reconocer que le han echado ganas, testiculina y un gran esfuerzo sin premio, lo que dignifica la derrota. Por momentos los contraataques los ha recibido el Valencia, y es que, lejos de echar el equipo atrás esperando el milagro, Unai ha querido que se fueran hacia delante buscando una suerte que al final no han encontrado. Pero la actitud ha sido cuanto menos loable, y casi diría que hay que valorar más la lucha que han mostrado, que debe ser más un acicate para futuros partidos y unir más que desunir, que la derrota sin más.

Por eso, por echarle ganas y profesionalidad, por poner orgullo y dignidad hasta en la derrota, hoy estoy jodido pero contento. Ahora, si el Valencia no recusa a Iturralde de una vez para siempre es que somos unos cagones a los que los árbitros nos van a chulear de aquí a la eternidad. Y eso si que ya no tiene excusa.


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