jueves, 27 de noviembre de 2014
Mestalla se lo merecía
jueves, 20 de noviembre de 2014
Ciencia-ficción vintage, o algo así
Está muy bien escrita, en un lenguaje sencillo y nada sofisticado aun a pesar de su temática, tanto que casi parece una novela de esas llamadas juveniles, aunque no lo es. Fluye siempre con naturalidad a pesar de las mil referencias que cita como fetiches, y hasta diría que tiene banda sonora, desde Oingo Boingo hasta Rush, todo muy ochentero.
Y si la novela está muy bien, con esta historia los hermanos Wachowsky te hacen un peliculón tipo Matrix para caerse de culo. Por lo visto el autor tiene vendidos los derechos cinematográficos casi desde antes de publicarla, así que ojalá la hagan y la hagan bien, porque no me la pierdo.
No suelo divertirme tanto con historias tan aparentemente banales y presuntamente trilladas, pero esta me ha hecho disfrutar cono un crío, y por eso la recomiendo.
domingo, 19 de octubre de 2014
Ingenuidad, arrogancia o realismo?
El VCF de Nuno muestra y transmite confiabilidad, seguridad, gran capacidad de sufrimiento y humildad, es un equipo compacto y rocoso que defiende con fiereza y ataca con convicción, con oficio y sin absurdos delirios de grandeza, y que hasta ahora no ha perdido un solo partido. Así que, bueno, quizá soy algo ingenuo o un tanto arrogante, pero ante un Depor último clasificado y dirigido por un entrenador fracasado como Víctor Fernández, solo espero la victoria, y me parece perfectamente realista. Ah, y apostaría que el resultado será 0-3, no me preguntéis porqué.
(Perdonad si no es un gran artículo, apenas un tuit largo, pero lo he escrito sumergido en la horrible cacofonía de una ludoteca a reventar, y se hace lo que se puede XD )
miércoles, 11 de junio de 2014
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais
jueves, 5 de junio de 2014
Empezar la casa por los cimientos
El culebrón debe terminar hoy
Las negociaciones, sean en el ámbito que sean, pueden ser fáciles o complicadas según las circunstancias y el talante de los negociadores. Son fáciles cuando las partes quieren llegar a un acuerdo que a ambos interesa, y complicadas cuando una de las partes se ve fuerte y con capacidad para apretar y sacar mayor tajada. Es lógico, y hasta ahí nada fuera de lo normal.
Lo extraño llega cuando a ambas partes les interesa sin duda llegar a un acuerdo y, sin embargo, una de ellas se empeña en imponer condiciones abusivas, ilógicas o caprichosas, creyéndose fuerte o por simple inconsciencia. En ese caso la negociación es difícil de interpretar, es algo más que negocios, con claves que se escapan o no hay por dónde coger.
Lo digo, claro, por el tira y afloja abierto entre Bankia y Lim, una negociación que se presumía rápida y tiene visos de eternizarse con el mes extra que se concede Bankia para cerrar el acuerdo, y a la que ayer Goirigolzarri se encargó de echar un buen jarro de agua fría. Certezas, lo que se dice certezas, no tenemos ninguna, no sabemos qué está pasando ahí dentro, más allá de filtraciones, globos sonda o especulaciones que al menos sirven para debatir. Pero sí sabemos que a ambos les interesa llegar a un acuerdo, a Bankia para borrar el impago de sus cuentas y al VCF para poder encarar el futuro con optimismo en un momento clave, el de la planificación para el próximo curso.
Si lo que se dice es cierto, Lim ofrece a Bankia el pago completo de la deuda, algo que me parece inaudito y pone de manifiesto las ganas que debe tener de acabar de una vez con esto. Pero Bankia no está contenta todavía, quiere más, y más, y no parece tener prisa ni intención de soltar una teta que, lejos de ser el problema que nos dijeron que era, parece consolidarse en nuestro imaginario como fuente inagotable de ingresos para el banco.
Sea como sea, esto pasa ya de castaño oscuro. Hay que zanjar de una vez un asunto que tiene desquiciado al valencianismo y permitir salir al club del bloqueo actual. La pelota está en el tejado de Bankia, depende de ellos, y si no quieren darse por enterados, quizá porque tenían preparado otro escenario, no hay más salida que forzarles a hacerlo.
Un banco tiene derecho a ganar dinero, desde luego, pero un banco intervenido y sostenido por todos no puede hacer de su capa un sayo y condicionar el futuro de un cliente tan importante porque sí. El Valencia no puede permitirse un mes más parado, ni mucho menos que Peter Lim se harte y se largue a su pueblo. Su oferta es muy buena, ganan todos, y ese debe ser el único criterio aplicable. El acuerdo debe cerrarse ya, hoy mismo, y si no llega, desde la esfera política se debe forzar la máquina para finiquitar de una vez este culebrón interminable y agotador. Y conseguir que este artículo quede obsoleto cuanto antes, por el bien y el futuro del Valencia.
miércoles, 21 de mayo de 2014
La vida que nos queda
La novela es casi un prodigio, contada en un lenguaje a veces ordinario, como lo harían unos adolescentes, y otras muy literario, con citas y planteamientos complejos y casi poéticos, pero siempre fluido y comprensible, una redacción sencilla y nada pretenciosa que la hace muy fácil de leer. Aun siendo una historia tan dura tiene momentos divertidos, situaciones muy llamativas y hasta sorprendentes giros argumentales, y desprende una paradójica vitalidad sustentada en la tremenda fortaleza de sus protagonistas.
En resumen, una novela extraordinaria que se hace realmente corta. Muy, muy recomendable, una de esas historias casi inolvidables que te hacen pensar y apetece releer.
Por cierto, antes leí dos novelas, 'La caída de los gigantes' y 'El invierno del mundo', de Ken Follet, parte de una trilogía sobre el siglo XX de la que no leeré la 3ª parte. Follet es un autor de éxito masivo que sabe contar historias y suele gustarme, pero cuando escribió estas dos novelas debía estar en baja forma el hombre, y supongo que se ha ganado el derecho a no ser siempre brillante. Ambas novelas, largas, pesadas e inacabables, sobre todo la segunda, mezclan situaciones de las dos grandes guerras con una especie de folletín multifamiliar y multicultural en el que se van entrecruzando sagas familiares a lo largo del tiempo.Las historias no enganchan, tienen un algo rutinario y muy trillado, y más allá del interés puramente histórico, son tremendamente aburridas. Varias veces estuve a punto de cerrar el libro y coger otro, aunque mi pundonor me ha hecho acabarlas. En resumen, no merece la pena dedicarles tiempo. De nada ;)
martes, 6 de mayo de 2014
El secreto de sus ojos
Pues eso es lo que quieren hacer los Patronos de de la Fundación VCF, votar en secreto y que nadie pueda afearles el voto o pedirles responsabilidades. Y así, tanto si votan una oferta u otra, jamás sabremos lo que han hecho, ni aunque se filtre el sentido de su voto, porque siempre podrán negarlo. Y podrán sumarse alegremente a la fiesta del ganador aunque no lo hayan votado, o hacer que gane quien les ha presionado u ofrecido 'contrapartidas' sin que nunca podamos saberlo ni mucho menos demostrarlo. Supongo que estaremos de acuerdo en que algo así sería inaudito e inaceptable en el Congreso de los Diputados, y nunca pasará. Pues bien, es exactamente igual de inaudito e inaceptable en la FVCF. y nunca debiera pasar.
Y estamos a tiempo de evitarlo, solo hace falta exigir respeto y responsabilidad a esos Patronos desde todas las trincheras del valencianismo. Está claro que en este infecto proceso para vender el VCF debe haber más que navajazos, y las presiones deben ser de todos lo tipos y colores, y quizá también las prebendas campen a sus anchas. Nunca lo sabremos con seguridad. Pero, precisamente por eso, pretender votar en secreto es una ruindad, una indignidad y una inaceptable cobardía. Una Fundación es una institución sin ánimo de lucro creada para defender un bien común, en este caso el club VCF, y debe responsabilizarse ante la masa social de sus decisiones. Los Patronos están ahí para defender lo mejor para el VCF, así como a sus abonados y todos los que de alguna forma apoyan ese sentimiento, y no para hacer política, ni mucho menos para quedar bien con nadie. Y si no se ven capacitados para defender esos derechos, o no se ven con valor suficiente para dar la cara ante la masa social valencianista, que dimitan, que se larguen y dejen a otros. Y si hacen falta otros Patronos responsables, preocupados por el futuro del VCF y capaces de votar la mejor opción sin esconderse, estoy seguro que entre la afición encontrarán montones. Yo me presento voluntario, y me comprometo a votar públicamente lo mejor para el VCF sin dejarme intimidar por nadie, y mucho menos por Bankia o GVA. Porqué no yo y sí alguien sin valor para votar de cara?
Casi nada es absoluto, pero en este caso es fácil votar lo mejor, es simplemente la mejor opción, la mejor para el VCF, la que garantice mejor su futuro y el de generaciones de valencianistas por venir. O quizá no sea tan fácil, es discutible, pero votar públicamente garantiza que se votará en conciencia y cada Patrono será consecuente y responsable de lo votado. Responsable cara a quien le haya puesto ahí, quizá esperando que sea un sumiso corderito y vote lo que le digan, pero sobre todo ante la masa social valencianista, el único juez posible para los Patronos de la FVCF, y lo único que debería importar a esa gente que, se supone, representa nuestros intereses pero pretenden la desvergüenza de votar de espaldas a todos.
viernes, 2 de mayo de 2014
Del drama a la ilusión
Lo que vivimos ayer fue una fiesta valencianista magnífica, extraordinaria, inolvidable, aun cayendo de forma tan cruel. Los 90 minutos que pasamos en Mestalla cantando, aplaudiendo y disfrutando con nuestro equipo fueron impagables, maravillosos, y así, hasta las derrotas saben a miel. Esa es la esencia del fútbol, y caer en el último suspiro, mal que nos pese, también. La comunión entre jugadores y grada fue absoluta, unos a otros nos llevamos en volandas, el equipo destrozando al SEV y la grada animando como posesos, con fe inquebrantable. Y eso es el VCF, eso es ser valencianista, algo que casi habíamos olvidado. Ante un equipo tan antipático, el valencianismo recuperó gran parte de la autoestima perdida durante años, incluidos los que nos entrenó el payaso de Unai Emery, en los que fuimos de humillación en humillación, arrastrando el escudo y mancillando el orgullo valencianista, haciendo partidos horrendos en que merecimos de sobra ser vapuleados. Pero ayer no fue así, el VCF cayó con orgullo, de pie y no de rodillas, de forma tan cruel como injusta, y puestos a caer, es mil veces más honroso hacerlo así que como estos años atrás. De hecho, aunque parezca paradójico, ha hecho más por el VCF y el valencianismo la cruel eliminación de ayer que años seguidos llegando a la UCL de forma mediocre y casi patética para después caer a las primeras de cambio. Y es el primer paso. Recuperar sensaciones perdidas, el amor propio, el orgullo de sentir unos colores, la autoestima y hasta la capacidad de intimidación, el primer paso para volver a ser lo que fuimos.
Hoy es fácil buscar errores. No me gustó nada el cambio de Parejo, fue una temeridad, el SEV se creció mucho a partir de ahí comprendiendo que el VCF renunciaba a machacarlos, como temían. Tampoco me gustaron los cánticos antes de tiempo referentes a Turín, aunque hasta de eso se aprende. Pero aunque sea lógico hablar de errores y fútbol, el equipo hizo un partido intensísimo, honesto y orgulloso, arrasó a un rival al que hizo inoperante, y mereció pasar la eliminatoria sin duda alguna. Se dejaron todo en el campo, tanto como la afición en la grada, y con eso me quedo.
El futuro está ahí, a la vuelta de la esquina, y si conseguimos evitar vender el VCF a buitres y conseguimos un nuevo dueño responsable y solvente, que entienda que esto es un sentimiento enorme e imparable, el futuro es nuestro. Esta eliminación tan injusta puede ser el punto de inflexión sobre el que construir un gran Valencia, y confío en que así será. Por eso ya no estoy triste, sino esperanzado y orgulloso como hace tiempo no lo estaba, y creo que debe ser el sentimiento generalizado. Y eso, tras una eliminación tan dura es un gran síntoma, el mejor augurio, y una gran noticia, no me cabe duda.
miércoles, 16 de abril de 2014
I have a dream
Amadeo Salvo es un Presidente polémico, levanta ampollas en ciertas trincheras y personajes del entorno valencianista con sus decisiones y desaires. Otros simplemente no se lo creen, y puede que no les falten razones objetivas. Pero, en general, es el Presidente con mayor apoyo popular desde Jaume Ortí. Eso es indiscutible, y hacerlo sería estúpido. Salvo ha calado en la afición del VCF, es ante todo un aficionado apasionado y fiel de los que sí tiene pase y disfruta y padece tanto como cualquiera de nosotros, lo que le hace cercano y creíble. Y de alguna manera está demostrando ser un tipo duro, fuerte y muy solvente para lidiar en este escenario de guerra sin cuartel, un tipo que sabe pelear, que es valiente para hacerlo pese a quien pese, y que, esa es la parte más sorprendente, casi siempre se sale con la suya. O al menos esa impresión transmite.
Pues bien, ahora que hay posibilidades reales de que deje de ser Presidente, he soñado que el VCF gana un título con él. Un título que ya no puede ser otro que la UEL. Igual que Ortí, hay gente que parece tener un aura que atrae cosas buenas y hace que las cosas funcionen y se consigan resultados cuando parece imposible. En el caso de Salvo lo parece, porque la temporada ha sido un desastre. Pero algo me dice que, de alguna manera, este hombre tiene suerte, y también merece pasar a la historia del VCF por algo más que por las polémicas en la venta.
En fin, no sé, quizá es solo la ilusión, quizá el subidón tras el enorme partidazo ante el Basilea, o quizá es pura ingenuidad. Pero me huelo que Salvo es ese tipo de Presidente forofo y tan valencianista como el que más que atrae los títulos igual que atrae a la afición y repele a tantos que quisieran verlo fuera del VCF. Serán divagaciones, pero cuando he comparado a Salvo con Jaume Ortí y me ha dado por establecer paralelismos, he recordado que aquél también fue Presidente de transición en un VCF convulso y sin dueño, y los títulos ganados en su presidencia están ahí, para la historia. Insisto, deben ser divagaciones motivadas por la ilusión, pero sea como sea, ojalá ganemos el título que he soñado, gracias, o a pesar de Salvo.
lunes, 31 de marzo de 2014
Yo ya lo sabía
Desde que comenzó este enrevesado y a menudo exasperante proceso de venta, son muchas las versiones y presuntas noticias que nos han llegado a todos los que consumimos valencianismo a diario. Innumerables filtraciones, rumores en todos los sentidos, supuestas informaciones privilegiadas, mucho gurú auto erigido presumiendo de saberlo todo, y consiguiendo cierta repercusión a costa de las ganas de saber del aficionado. Un maremágnum que no ha hecho más que enredar más y más la madeja. Y todo eso, claro, se va a acabar en cuanto se sepa quién será el dueño del VCF. Y entonces llegará el 'yo ya lo sabía'.
Será el momento al fin de ponerse medallas, muchos entonarán el 'yo ya lo sabía pero he callado por responsabilidad', presumiendo de haber dispuesto de información privilegiada y saberlo todo hace meses. Y entre ellos, también yo. A mi también me han llegado inputs, que diría el ínclito Llorente, también he hablado con algunas personas que me han hecho ciertas confidencias. No me engaño ni quiero hacerme el importante, que quede claro, soy consciente de mi poca trascendencia. Pero si yo tengo información, que no soy nadie, estoy seguro que centenares de personas del entorno tienen muchísima más. Por eso creo que va a haber una avalancha de 'yo ya lo sabía'. Y aun pecando de arrogante, espero poder ponerme también mi medalla y decir 'yo ya lo sabía'. Porque la otra opción es 'como me temía'.
Lo cierto es que llevo mal este proceso, con mucha desconfianza y escepticismo. Por supuesto no me fío de Bankia, que con criterios puramente empresariales querrá vender a quien más beneficie a sus propios negocios, aunque luego lo intente disfrazar, con la ayuda de ciertos palmeros, de decisión responsable pensando en el futuro del VCF. Tampoco me fío de la GVA, llena de politicuchos de tres al cuarto que han destrozado la Comunidad y todo lo que tocan, más empeñados en medrar, figurar y trascender que en hacer un trabajo honesto y responsable, y que pueden querer 'dar' el VCF a quien les garantice seguir figurando. Tampoco me fío plenamente de Salvo, que ha demostrado moverse muy bien en aguas turbulentas, y temo pueda intentar dinamitar la operación si no le conviene por razones personales que podemos intuir pero no conocemos. Ni tampoco de la FVCF, cuyos patronos, que han decidido votar secretamente, pueden haber condicionado su voluntad a otros intereses que no sean el propio VCF. Lo cierto es que ya no me fío ni de mi sombra, lo reconozco, no creo en la limpieza del proceso ni en al fair play de los que tienen que decidir. De hecho temo una guerra abierta, aun más salvaje que hasta ahora, para decidir quién se queda finalmente el juguete de entre los nominados. Y tal desconfianza me lleva a temer que puede haber finalmente un pucherazo, algo impuesto por la vía de los hechos consumados que ya se encargarán de vendernos como justo y fantástico, como en su momento nos vendieron la Operación Newcoval.
Por eso espero que mis temores sean infundados y poder decir 'yo ya lo sabía', creyendo que el VCF tendrá el propietario muy solvente, fiable y confiable que me han contado, aunque quiera también hacer negocio, porque nadie regala nada, lógicamente. Y no 'como me temía', porque entonces el VCF tendrá unos nuevos propietarios no tan fiables y solventes, impuestos quizá por oscuros intereses, aunque intenten vestirlos de santos. Y me podréis decir que siempre estaremos mejor que ahora, lo que sería técnicamente cierto, pero no quisiera ver a mi VCF levantarse para caer de nuevo. Quiero un VCF orgulloso y poderoso, plantando cara a los mejores, y que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar muchos años, no un VCF caído en manos especulativas, un juguete roto a la vuelta de unos pocos años.
jueves, 6 de marzo de 2014
Salvo si lo hace Salvo
Seamos claros, si lo que está haciendo Salvo al frente del VCF lo estuviera haciendo Roig en el Villarreal o Quico Catalán en el LUD, las cosas serían muy distintas. Las tertulias y columnas de opinión en prensa estarían preñadas de rendidas alabanzas y sesudos análisis de la gestión admirable, moderna y valiente de unos presidentes modélicos que se preocupan de buscar nuevas miras para sus clubes. Los babosos y orgásmicos oh, OH!, serían el pan nuestro de cada día, y los valencianistas estaríamos, todo sea dicho, hasta las narices de tanta baba. Eso si lo hicieran Roig o Catalán, pero, ay, si lo hace Salvo la cosa cambia.
No tengo claro porqué, pero a Salvo se le niega todo. Quizá porque no se plegó a las exigencias de diversos medios acostumbrados a ser tratados con especial deferencia, quizá porque usa VCFPlay.com como órgano de comunicación, quizá porque ha puesto las peras a cuarto a algunos representantes con largos tentáculos entre la prensa valenciana. Quizá simplemente porque todo lo que dicen de él es cierto. O quizá por todo a la vez. El caso es que no se le perdona ni una y se le buscan las vueltas intentando pillarle en un renuncio. O, en el mejor de los casos, se le ignora o ningunea, como si su labor fuera tan obvia o mediocre que no merece la pena hablar de ella ni mucho menos glosarla en términos elogiosos.
Para mi hay algo incontestable, Salvo 'hace cosas', no está viéndolas venir, se mueve, no para de presentar proyectos y novedades, y eso con el estrecho margen que le permite la asfixiante economía del VCF actual. Y no es populismo, de lo que muchos le acusan, son cosas que había que hacer y nadie había hecho. Incluso, fijarze bien que diría el fake de Lopera, ha plantado cara a la Liga por el lamentable asunto del cambio de horario del partido ante el RAY, algo completamente novedoso y que viene a paliar un tanto la sensación de humillación continua al VCF desde Madrid. Por todo ello en su conjunto es el primer Presidente desde Jaume Ortí que llega a la gente y tiene un enorme apoyo popular entre la afición. Y, qué casualidad, justo al revés entre en gremio de los plumillas.
Pensadlo. Presidentes anteriores como Soriano a Llorente gozaban de gran predicamento entre la mayoría de prensa valenciana que nos vendía sus virtudes mientras la afición rabiaba. Y ya sabemos qué pasó y cómo nos fue con ellos. Y ahora pasa justo al revés, la afición aplaude mientras los plumillas, muchos de ellos, los que se creen por encima de los demás sobre todo, rabian. Y para mi, que debo ser muy simple, ese cambio de tornas es en sí mismo un aval, la esperanza de que las cosas sean distintas esta vez.
Bueno, eso en el caso de que Salvo tuviera futuro en el VCF, que no lo tiene. Ahora se cierne la esperanzadora llegada de un nuevo dueño, y con ello la salida de Salvo y la mayoría de su equipo, como es lógico. Pues bien, casi estoy por apostar que, en un intento de parecer ecuánimes, los mismos que íntima y/o públicamente se alegrarán de verlo al fin fuera del VCF, le reconocerán los méritos que ahora le niegan por sistema. Pero, al menos para mi, será tarde. Eso toca ahora, siendo justos. Porque reconocer y alabar el buen trabajo al frente del Club no obsta para criticar otras facetas, digo yo. Y así al menos dejará de ser evidente que todo está bien salvo si lo hace Salvo.
jueves, 30 de enero de 2014
Historia, pintura y profecías
La religión cristiana de la época invade todo, los cuadros protagonistas están basados en hechos bíblicos de los que el pintor hizo su propia interpretación, con claves y mensajes ocultos que el Maestro se empeña en descifrar y explicar al joven Javier, y de ahí nace el misterio y el argumento de la novela. Una especie de clase magistral de Historia del arte novelada, y supongo, porque no soy ningún experto ni mucho menos, realista, aunque por momentos suena todo un tanto rebuscado. Ah, y me ha llamado mucho la atención que el propio autor sea el protagonista de la novela, un planteamiento curioso que pretende hacer pasar por reales los hechos contados.
En resumen, una novela deliciosa y exquisita, que se hace corta, tanto que la he leído en apenas un par de días, en la que predominan los datos, la historia, el Arte, la religión, las profecías y el arcano, pero en que la trama misteriosa es casi lo de menos, abrumados ante la belleza de los cuadros comentados con ilustraciones en color. Recomendable.
miércoles, 29 de enero de 2014
Segundas partes también son buenas
El hombre sin pasado es también oscura, densa y trágica, se vuelve a ambientar en el opresivo y casi salvaje escenario de las islas Hébridas, que el autor describe de maravilla, de forma tan realista y a la vez poética que es casi lo mejor de la novela. Se sirve, algo ya habitual y de lo que quizá se abusa, de pequeños flashbacks para ir desgranando la historia y que el lector comprenda lo que pasó y porqué. El detective protagonista, que ha cambiado su rol, mantiene el cinismo clásico de la novela negra, lo que hace de perfecto contrapunto al melodrama. En general es una digna 2ª parte. Lectura recomendable.
Legado en los huesos nos presenta a los mismos personajes de la 1ª novela enfrascados en otra aventura, continuación de la anterior, con los mismos tintes realistas y duros, pero enmarcados en el mismo escenario de costumbres y ritos ancestrales, poblado por algunos seres mitológicos, lo que dota a la historia de un punto mágico realmente curioso. Incluso a menudo parece que puede derivar en una especie de novela de terror más ordinaria, sin llegar nunca a traspasar la línea. De nuevo se nos presenta un drama en el que el pasado tiene mucho que ver, y de nuevo hace uso de los flashbacks. No desmerece a su antecesora, pero creo que la historia es un tanto rebuscada y eso la hace parecer menos creíble, aunque finalmente se resuelve bien, con solo algunos cabos sueltos. También recomendable.
Ambas novelas se pueden leer sin haber leído la 1ª, pero hay demasiadas referencias y sobreentendidos, especialmente en Legado en los huesos que forma parte de una trilogía, de la que aun está por escribir la 3ª parte, realmente un todo con continuidad. Por ello, en ambos casos, si no has leído la 1ª parte, puede que te pases el relato perdido sin entender muchas cosas. En resumen, dignas segundas partes de historias muy distintas y a la vez similares, con los giros argumentales habituales que mantienen el interés, y unos escenarios tan protagonistas como la propia historia.
viernes, 24 de enero de 2014
Quién maneja de verdad los hilos?
Hace tiempo llegué a la conclusión de que la Generalitat Valenciana, y por ende el PP valenciano, están detrás de todo este merder, moviendo los hilos de este magnífico sainete convertido ya en thriller psicológico de los buenos. Y cuando llegas a esa conclusión, hay una pregunta subsiguiente, lógica y que hay que hacerse. Y quién maneja los hilos de la GVA? Y esta pregunta tiene más difícil respuesta.
Pero si pensamos un poco, porque especular es gratis y a ello estamos abocados con tanto oscurantismo, hay empresarios valencianos, de esos que manejan mucho, mucho dinero, y tienen mucho, mucho, muchísimo poder, que, según dicen, han salvado más de una vez el culo a la GVA poniendo dinero cuando no lo tenían. Gente a la que esta clase política, miserable y nefasta, debe muchos favores. Gente por tanto que manda mucho en esta comunidad, mucho. En la sombra, claro está, tan en la sombra como ahora manda la GVA sobre este infecto proceso de venta del VCF. Esos mismos que hasta ahora se han mantenido en la sombra, como el malo de El inspector Gadget, sin hacer nada, acariciando a su gato mientras reían viendo cómo el VCF se ahogaba en su propio vómito. Y esperando, esperando a que las circunstancias fueran a ellos, como un río, inevitablemente, para quedarse el VCF como un trofeo, como símbolo de su poder.
Y después me pregunto, y no serán Aurelio Martínez, o Amadeo Salvo ya puestos, unos modernos remedos de Don Quijote luchando contra molinos de viento virtuales en clave valencianí? Sí, se dicen muchas cosas sobre Salvo, más o menos creíbles dependiendo de cada uno, y probablemente haya hecho muchas cosas mal y no sea tan trigo limpio como parecía. De Aurelio se habla menos, pero también tiene sus detractores. Bueno, no lo sé. Pero, y si resulta que no sabemos de la misa la mitad? Y si él conoce hechos, pactos, decisiones ya tomadas de antemano, manejos en la sombra que nunca saldrán a la luz tal cual si no disfrazados de manera conveniente y voceados por los palmeros habituales?
Este momento es a la vez desesperante y apasionante. Muchos creen saber mucho pero nadie sabe la verdad, todo es mentira, y quizá alguien mueve los hilos para dirigir a la prensa y la opinión pública hacia donde le interesa, mientras esconde el foco sobre lo verdaderamente importante, lo que está pasando en realidad. Alguien ríe en la oscuridad, mientras acaricia a su gato, porque sabe que está todo pactado de antemano y nadie va a poder evitarlo, ni siquiera Don Quijote.
jueves, 16 de enero de 2014
100 años de soledad
No, perdón, me he equivocado de historia. Empiezo de nuevo.
Muchos años después, frente al nuevo estadio, el aficionado valencianista había de recordar aquellos años de miseria a todos los niveles propiciada por los miserables que habían estado al frente del club.
Esta sí es la historia que quiero contar. Algún día, cuando los años hayan pasado y el tiempo vaya poniendo cada cosa y a cada uno en su lugar, estos años serán recordados como historia negra del valencianismo. Puede que los llamen 'Aquellos primeros años 2.000' o 'Los oscuros años de principio de siglo', o algo así. Desde que el VCF dejó atrás una sequía de 30 años sin ganar una Liga, y cuando ya creíamos definitivamente superada la mediocridad de los 90 y vuelto a la pelea por los títulos, a ser un club potente, serio y orgulloso, con un estadio nuevo, espectacular y radiante, y un futuro maravilloso por delante lleno de éxitos, nada podía hacernos pensar en el merder que vendría después. Tras aquellos magníficos pero efímeros buenos tiempos han venido años de absoluta miseria social y deportiva, propiciada por dirigentes inútiles en el mejor de los casos, mezquinos e interesados en la mayoría. Años de profundo hastío para el aficionado, harto de ver cómo desde todos los ámbitos, y sobre todo desde dentro, se mangoneaba al club de sus amores pisoteando la historia y el orgullo. Puede que algún día recordemos esta época incluso con cierta añoranza, porque han sido años intensos de alguna manera, pero será en realidad un recuerdo muy amargo.
Ahora, esos tristes años que la historia llamará no sé cómo, están a punto de acabar. Podemos ir a mejor o a peor, pero creo que solo podemos mejorar, tan bajo hemos caído. Empieza una nueva era. Pero antes, la antigua va a acabar a lo grande, con un episodio final de luchas, peleas y navajazos por el poder, como en las grandes historias épicas, con un acto final apoteósico y sorprendente, como no podía ser menos.
Sea como sea, que acabe ya, de una vez, por dios. Que acaben ya lo que me han parecido eternos 100 años de soledad. Y aunque el VCF definitivamente ya nunca pueda ser nuestro, al menos podrá ser de todos.