lunes, 28 de octubre de 2013

Delirios jogobonitistas

El FCB maravilla a todos con un juego espectacular, de toque y rondo sin fin, movimientos muy rápidos, apoyos constantes y defensa muy adelantada pero siempre solvente. Tanto maravilla al aficionado y los profesionales que en la mente de todos es el ejemplo perfecto de excelencia futbolera que todos quieren imitar. Y es algo que está haciendo mucho daño al fútbol, al otro fútbol, al que no tiene dinero para pagar y mantener superestrellas ni apuesta por la cantera por la urgencia de la propia supervivencia.

El VCF de Unai Emery quiso ser un espejo del juego del FCB con resultados muy mediocres, cuando no desastrosos. Una sucesión interminable de patochadas absurdas, ridículos, goleadas ignominiosas y continuas remontadas rivales por puro candor jogobonitista, si se me permite el palabro. En su día me enervaba ver a los laterales siempre en campo rival mientras los centrales no daban abasto para tapar los inmensos agujeros que se creaban. Cuatro años duró aquella infamia. Hoy se está empezando a repetir.

Aunque admiro al jugador, no conocía mucho a Djukic como entrenador, pensaba que era mucho más sensato y haría un equipo rocoso y con oficio, como buen central. Pero no, veo con disgusto que es un jobobonitista más que pretende, con unos mimbres no muy adecuados, practicar el mismo juego absurdo con que nos desquició Emery.

Confío en Djukic, tiene personalidad y mucha experiencia, por eso le ruego que se deje de gilipolleces y monte un equipo sólido, lógico y bien armado que no permita alegrías al rival y sepa machacar a la contra. Que no es bonito? Tonterías, un postureo muy dañino. A mi me gusta ganar, y un fútbol consistente, compacto y decidido es tan bonito como cualquiera si al final se gana. Basta de delirios jogobonitistas, se trata de ganar, punto.

 

domingo, 20 de octubre de 2013

Causa y efecto

No he leído o escuchado nada sobre el partido de ayer del VCF, así que no sé si mi opinión es generalizada o no, aunque me temo que lo normal sean las críticas exacerbadas. Siempre se ha dicho que hay formas y formas de perder, poner ganas y buena actitud es lo mínimo exigible, aunque perder siempre es una posibilidad. Ayer el VCF quiso ganar el partido, lo intentó desde el principio y luego hasta el final cuando tuvo que recortar, pero no pudo. Para mi hubo dos causas principales. El VCF de Djukic se descompone cuando las cosas no salen, y poco a poco van jugando cada vez peor individualmente y por tanto como equipo, y se nota mucho. Una falta de confianza hasta cierto punto disculpable, un error de juventud habitual cuando un nuevo técnico impone cambios tácticos y nuevos mecanismos. Se soluciona con tiempo y ganando partidos. Por eso es importante ganar como sea, sin florituras y desde la solidez. Quizá ayer quisieron dar un salto de calidad con la confianza de varios buenos resultados, pero salió mal. El equipo llevó el peso del partido pero excepto la media hora inicial estuvo espeso, previsible y poco inteligente, poniéndolo fácil a una RSO que ganó sin alardes, con sobriedad y desde atrás, justo lo que debería hacer el VCF.

Pero hay otro problema no disculpable, cada vez más evidente y que agrava mucho el anterior, el VCF no tiene una forma física óptima. Da para jugar bien la primera media hora de muchos partidos y a partir de ahí deambular sin fuelle, llegando tarde al corte o los apoyos, saltando a destiempo y haciendo malos pases. Un problema básico que hay que corregir ya para empezar a funcionar bien como equipo, generar autoconfianza y dejar de regalar puntos.

 

jueves, 10 de octubre de 2013

Historia y aventuras

Hace unos días terminé de leer 'Tiempo de cenizas' de Jorge Molist, y hasta ahora no había podido hacer esta breve reseña. Se trata de la continuación de 'Prométeme que serás libre', también reseñada en blogeec y como aquella, es una novela histórica que casi calificaría mejor como 'de aventuras', del mismo modo en que 'Los tres mosqueteros' nunca se ha considerado una novela histórica, sin pretender equipararlas. Ambientada en la Italia de los Borgia, amenazados constantemente por muchos enemigos, entre los que se contaban las grandes familias romanas que históricamente habían impuesto la figura del Papa, y que por ello querían deshacerse de los 'catalani', como era conocido despectivamente el clan. El protagonista de la novela, propietario de una exitosa librería frecuentada por la alta sociedad romana y vaticana, es a la vez amigo y rehén de los Borgia, pues le ofrecen su ayuda y protección a cambio de una adhesión inquebrantable. También se ambienta en una Barcelona sometida a la temible Inquisición, la miseria y la peste.

Es entretenida. Se cuentan batallas y el brutal modo de vida de los militares de la época, pero sobre todo se centra en las intrigas políticas que lograban mantener a los Borgia en la cúspide de una sociedad que los odiaba. Además de los novelescos se recrean muchos personajes históricos, como el Papa Alejandro VI, diversos Borgias, Miquel Corella o Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que resultan creíbles y bastante bien definidos.

Sin embargo la novela no pasa de mero entretenimiento, con algunas situaciones demasiado forzadas para conseguir dar tensión a la historia, lo que consigue solo a veces. Está bien para pasar el rato y poco más. Como yo la he leído precisamente para eso, se puede decir que ha conseguido su propósito perfectamente. Y con ello me conformo.