sábado, 31 de agosto de 2013

Una novela portentosa

A veces me gustaría poder resetear mi memoria para volver a disfrutar de películas o libros que me han sorprendido y encantado, porque ya nunca podrán volver a hacerlo igual. Es el caso de 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' de Joël Dicker, una novela que no me atrevo a etiquetar, a tal punto llega su complejidad, originalidad, profundidad argumental y calidad.

Comienza con la crisis creativa de un escritor de éxito y el descubrimiento del cadáver de Nola Kellergan, una niña desaparecida hace más de 30 años. Marcus Goldman se propone conseguir exculpar Harry Quebert, el amigo escritor acusado del delito, y descubrir quién mató a la pequeña Nola. Pero nada es tan sencillo en una historia sórdida, inquietante y enmarañada sobre amores prohibidos, escritores y libros, con una poética extraña e indescriptible, una auténtica montaña rusa en la que cada capítulo es un giro inesperado, en el que circunstancias y personajes parecen volverse del revés y retorcerse a pesar de estar muy bien definidos. Un puzzle de 1.000 piezas cambiantes en que casi nada es lo que parece y los personajes se transforman de forma sorprendente.

Una novela portentosa, más teniendo en cuenta que es la primera del autor. Un gran ejercicio de ingenio para pergeñar una historia compleja y adictiva que no hay forma de dejar de leer. Una forma muy original de contar la historia, con un vaivén temporal que salta sin descanso, incluso dentro de cada capítulo, y el foco de la narración cambiando a los diferentes personajes. Absolutamente recomendable por más que la etiqueta de Best seller pueda echar para atrás a más de uno. No te arrepentirás de leer esta novela, un clásico desde su primera lectura. Por cierto, terminé de leerla el 30 de agosto, fecha muy importante en esta historia. Casualidad?

viernes, 9 de agosto de 2013

Reinventando la novela negra

Acabo de terminar 'La isla de los cazadores de pájaros' de Peter May, una novela negra con sus asesinatos y detective al estilo clásico, pero cruzada con un sólido melodrama, lo que da un resultado muy potente. Ambientada en Escocia, de donde es el autor, concretamente en la isla de Lewis, un escenario frío, húmedo, desolador y opresivo, al que vuelve al protagonista convertido en detective de la policía para resolver un asesinato, tras sufrir una tragedia familiar y 18 años sin pisar el lugar en el que nació y creció. Allí se reencuentra con viejos amigos, enemigos y fantasmas de su niñez, y en ello se centra el grueso de la novela, alternando el tiempo real y el pasado, de forma que el asesinato se convierte en una simple excusa argumental para desarrollar las intensas sensaciones que vive el protagonista enfrentado a un mundo del que huyó.

Está muy bien escrita, es interesante y amena a pesar del tono sombrío en general. Aunque el final es inesperado y sorprendente, quizá demasiado, el tema del asesinato me ha parecido previsible, ya no sé si porque realmente lo es o porque la práctica hace que intuya los procesos mentales del autor al desarrollar la historia. En todo caso es una novela muy apreciable, coherente, escrita con buen pulso narrativo y valor literario, que se lee con ganas y deja buen sabor de boca. Muy recomendable.

Antes leí algo llamado 'El juego de la oca' de una tal Toti Martínez de Lezea. Nada que ver, una historia ambientada en el Camino de Santiago que promete mucha emoción y misterio y no da prácticamente nada, vaguedades, absurdos y casualidades poco creíbles, personajes poco trabajados y supuestos misterios que no se resuelven ni casi se esbozan. Si pensabas leerla, créeme, no merece la pena.