Para cuándo una demostración de dignidad?

Asisto hastiado y asqueado, como todo valencianista que se precie, al lamentable espectáculo de las pretensiones madridistas de hacerse con David Villa a precio casi de saldo. Pero esto, con todo, no es lo peor. A una rutina bastante más furibunda, pero tan humillante como siempre, el Valencia S.A.D. está haciendo un doloroso mutis que ya empieza a ser humillante.

Estoy realmente perplejo y asombrado de la inexplicable mansedumbre que muestran los dirigentes valencianistas ante semejante acoso y derribo. Venía hacia casa pensando en escribir un alegato en este sentido, pero se me han adelantado. El inefable Pedro Morata, objetivo habitual de las iras del valencianismo, a quien tantas veces he criticado y seguramente volveré a criticar cuando lo merezca, hoy ha dicho de palabra lo que yo pensaba poner por escrito.

En una exposición apasionada, contundente y brillante, Morata ha venido a pedir una contestación tajante ante tanta desfachatez, tantas falsedades, tanta manipulación, ante el hostigamiento y la falta de respeto constante de los medios madrileños y madridistas. Suscribo palabra por palabra todo lo dicho, y recomiendo a cualquier valencianista que lo escuche si puede, porque es el alegato que el Valencia debería hacer y no hace.

Parece que es fácil y tentador vetar a un medio valenciano y valencianista cuando ofrecen información molesta, pero, por lo visto, da vértigo enfrentarse a los grandes monstruos mediáticos madridistas, algo que, a ojos de cualquier aficionado, es una cobardía indigna y que duele mucho.

De modo totalmente altruista, y para ahorrar trabajo a nuestro dirigentes y al Dpto de comunicación del Valencia, (entiéndase la ironía) les ofrezco un modelo de comunicado oficial a publicar a la mayor brevedad posible y con la máxima divulgación, en aras de mostrar una postura firme y resuelta ante medios de comunicación, representantes y demás sanguijuelas, e incluso ante el mismo jugador, para que no caiga en la tentación de pretender chantajear al Valencia.



Valencia S.A.D. Comunicado oficial.

Ante la infamante campaña de prensa que tiene por protagonistas a David Villa, el Real Madrid, y el propio Valencia CF, el club quiere manifestar de forma rotunda que está abierto a negociar por cualquier jugador de su propiedad, pero en ningún caso va a ceder a presiones para acceder a la venta del jugador David Villa u otro a club alguno, y recuerda a quien tenga interés en contratar los servicios de David Villa que puede remitirse a su claúsula de rescisión.

Además, quiere hacer constar que no ha incumplido ningún acuerdo, ni tiene secuestrado a ningún jugador, ni mucho menos va a aceptar que se sigan plubicando mentiras interesadas o tergiversaciones torticeras al respecto. El único acuerdo vigente es el contrato en vigor entre el jugador David Villa y el Valencia, que seguirá vigente a menos que se produzca la venta de sus derechos federativos, algo que es prerrogativa del Valencia y sólo sucederá en caso de recibir una oferta que considere adecuada a sus intereses.

Asimismo, el Valencia quiere recordar que como club es muy respetuoso con las opiniones de medios de comunicación y la pura informacíon sobre hechos contrastados, pero entiende que hay que diferenciar la información veraz o la opinión, de las mentiras y falsedades que pretender ser ciertas o textuales cuando no lo son en absoluto. El Valencia, a partir de ahora, no tolerará más falsedades ni vulneraciones de sus legítimos derechos, y llegado el caso, procederá a ponerlas en manos su gabinete jurídico para que decidan las acciones adecuadas en la defensa de tales derechos, todo ello sin perjuicio de proceder a vetar a cualquier medio de comunicación o persona que perjudique los intereses del club.


Hale, señor Vidagany, ya puede proceder a copypastear el comunicado, o retocarlo a su gusto, o yo que sé, incluso puede redactar uno por sí mismo si tiene tiempo, pero por favor, haga algo, hagan algo señores Llorente y Gómez, que el valencianismo ya no puede estar más asquedado y harto ante tal aluvión de mentiras, menosprecios y humillaciones. El orgullo y la dignidad son también patrimonio del valencianismo, y están siendo pisoteados inpunemente.

Ya-está-bien.

El Bueno, el Feo y el Malo

El Bueno - Precioso documental en Canal Nou sobre los 90 años de historia de nuestro querido Valencia CF, pleno de sensibilidad, imágenes sobrecogedoras, testimomios y palabras de grandes leyendas y en general muy emotivo y bien hecho. Algo efectista en algún momento, y con un final demasiado parcial. Además, sobraba tanta aparición de Albelda para mi gusto, porque si bien es sin duda una leyenda valenianista, tampoco lo es más que otros, y por momentos lo ha parecido. Ya sabéis que soy de la facción valencianista que nunca le perdonará lo que hizo, qué le vamos a hacer...También me ha parecido de dudoso gusto que Rafa Benitez haya salido con la camiseta del Liverpool en vez de ropoa de calle normal. Pero en fin, solo cabe aplaudir un trabajo tan bien hecho, y Canal Nou, esta vez, merece un aplauso.


El Feo - La plantilla del Valencia está tan sobredimensionada que se hace mucho más perentorio dar bajas que altas. Lógicamente, a todos nos gustan las caras nuevas, vamos, es que hace mucha falta renovar el equipo, pero aun mucho más necesario es sacar a todo jugador que ya no pueda asegurar un buen rendimiento y cobre como si así fuera. La limpieza es muy necesaria, y Fernando Gómez hará bien en dedicarse a las salidas en vez de llenar todavía más el vestuario. Quizá no sea tan lucido como fichar, a lo mejor su labor no es tan populista, pero más nos vale deshacernos de los jugadores que nos condicionan.


El Malo - Manuel Llorente ha llegado al Valencia con ideas polémicas, ya sabemos que no le va a temblar el pulso para vender estrellas si hay buenas ofertas, pero la que más revuelo está armando es su convicción de que el Valencia no puede construir el nuevo estadio sin ayuda. Esto me hace dudar sobre quién le ha puesto al frente del club. Todo el mundo da por hecho que ha sido Bancaixa, y por tanto las instituciones valencianas, pero esta forma de dejar la pelota en el tejado de Ayuntamiento y Generalitat da que pensar. Puede ser que esté preparando a la opinión pública para aceptar la idea de la sociedad mixta, pero lo hace de forma que parece que está metiendo presión abiertamente a las instituciones. En cualquier caso, hay que entender que en las actuales circunstancias, el nuevo estadio es a la vez la solución y el problema del Valencia, y por tanto la solución es muy compleja. Tal y como lo ve Llorente, no hay más remedio que renunciar en parte a sus beneficios para poder llevarlo a cabo. Sencillamente, aunque sería mejor ser el único dueño, no queda otro remedio que compartir gastos y después beneficios si eso te asegura poder lograrlo. Y yo creo que, si de verdad no hay otra solución, es la menos mala dentro de lo que cabe, puesto que no se trataría de un estadio municipal al uso si no un estadio privado con socios institucionales.

Y sigue la fiesta

Los acontecimientos se suceden a ritmo vertiginoso últimamente en el Valencia. A la dimisión de Vicente Soriano siguió la reunión del consejo del viernes, que nombró presidente accidental a J. Gómez, y le ha seguido la junta general de esta mañana en que se ha aprobado la ampliación de capital.

Una muy buena noticia sin duda, pero que ni mucho menos asegura que en efecto se vaya a llevar a cabo tal ampliación. Por lo pronto, parece que por imposición de Bancaixa, se pone al frente de la nave a Manuel Llorente, una vieja gloria valencianista que despierta opiniones encontradas y muchas dudas, comprensibles, entre la afición.

A mi no me parece mal. Es un gestor cuadriculado pero eficiente, buen negociador, siempre velando por los intereses del club aunque a veces le lleve a cometer injusticias o errores, de los que supongo que habrá aprendido, una persona que transmite seriedad y eficiencia, muy alejado de cantamañanas como Soler o Soriano, y además una persona de carácter que debe poner orden y concierto en el día a día del club.

Pero creo que le han elegido para tutelar los acontecimientos que ocurran a partir de ahora y revertir el desbarajuste actual, pero no creo que sea un presidente de futuro.

Y no lo creo porque parece que Juan Soler puede vender su paquete accionarial muy pronto, esta vez de verdad y acuciado por la propia ampliación que le dejaría de adorno en el Valencia. Algo que daría un vuelco a la propiedad del club, y sería ése nuevo dueño, empresa o particular, quien a partir del momento de la compra pasaría a decidir qué se hace o no, cómo, cuando y con quién.

Así que, no queda demasiado margen para el análisis cuando se prevee que lo que pasa hoy sea antiguo mañana. Por lo pronto ese nuevo dueño tendría capacidad para decidir si finalmente se hace la ampliación de capital, que técnicamente no sería necearia para dominar el Valencia, y sobre todo en qué condiciones, supongo que buscando consolidar su dominio de la sociedad.

En fin, que sigue la fiesta accionarial, y los aficionados sólo podemos esperar que sea lo mejor para nuestro querido club, que parece una muñeca rota en manos de demasiados intereses.

"bad trip"

Un mal viaje, una pesadilla causada por alucinógenos, eso debe ser lo que está pasando en el Valencia CF.

Soriano se va, al fin. Pero no se va por dignidad, o por responsabilidad, o por vergüenza, se va porque no le queda otro remedio, se va 1 minuto antes de que lo echen, ahora que ya no puede seguir mintiendo y manipulando la opinión pública, ahora que incluso sus defensores le dan la espalda ante la evidencia de que ya nadie cree en él.

Vicente Soriano es un jugador de riesgo, y como tal vió claramente la oportunidad de cumplir su sueño de presidir al Valencia cuando la situación, ya límite el año pasado por estas fechas, hacía que un crédulo como Juan Soler depositara su confianza en alguien que le asegurara el milagro de reflotar la economía del club y de paso el valor de sus acciones. Así entro a presidir el club, mintiendo, enredando, apostando fuerte y esperando que sus contactos, su suerte, y sus dotes de ambaucador hicieran el resto. En el fondo esparaba que un milagro y la ayuda institucional le pusiran el camino de trascender como el gran benefactor del Valencia.

Y si algo hizo bien fue rodearse de personas adecuadas. Y en apenas un par de días consiguió que toda la prensa se pusiera de su parte, cuando hasta ese momento le denostaban con virulencia, y a partir de ahí comenzó una deleznable campaña que le hizo parecer poco menos que el Salvador, el único capaz de salvar al Valencia, el genuino benefactor que nos uba a sacar de pobres. Incluso los que desconfiábamos, que no eramos pocos, llegamos a sentirnos bichos raro haciéndolo, tal era la presión a favor de Soriano.

Bien, casi un año después, tras un sinfin de promesas inclumplidas, bravuconadas catetas e incluso mentiras indecentes, Soriano se va con el rabo entre las piernas, después de haber supuesto un clarísimo perjuicio para el Valencia CF, una pérdida evidente de tiempo, dinero y prestigio para el club que quiso presidir, que hoy en día está al borde del colapso y pendiente que una ampliación de capital que se ha restrasado un año, con el nuevo campo convertido en el esqueleto de un animal moribundo, una perfecta metáfora de la gestión, por llamarlo de alguna manera, de Vicente Soriano como presidente.

Pues ya hemos llegado donde íbamos. Soriano se va, por fin, y ni siquiera los gregarios que lo defendieron con pasión van a defenderle o excusarle, más bien lo contrario, ahora todo el mundo sabía que esto iba a pasar y que Soriano no era trigo limpio. A propósito, no estaria de más que personajes como Damiá Vidagany e incluso Fernando Gómez Colomer, que medraron a la sombra de Soriano, y que ahora tienen contratos blindados, pongan su cargo a disposición del club sin exigir las contraprestaciones que en su día firmaron. Si quien les puso, les utilizó como brazo armado, y les firmó esos contratos, se ha tenido que ir por la puerta de atrás, lo lógico es que ellos también lo hagan, o que al menos pongan sus cargos a disposición del club sin pretender expoliarlo más, so pena de quedar en evidencia ante el valencianismo.

En fin, estamos de vuelta a la realidad, sin venta de parcelas ni milagros, y el mal viaje sigue, desgraciadamente el Valencia CF sigue inmerso en un "bad trip" del que solo nos salvará un milagro en forma de responsabilidad por parte de los accionistas mayoritario y el apoyo de las instituciones que pueden tutelar la compra del club por parte de personas o empresas con ganas de venir a salvar este barco a la deriva.

Que sea lo que tenga que ser, pero al menos ya no tendremos que soportar las bravuconadas paletas de Vicente Soriano, que tanta paz lleve como desastre deja.

Se acabó la temporada pero sigue la farsa

Se acabó la temporada. En lo deportivo está todo dicho, y en lo social está todo por ver. Como el futuro deportivo depende del futuro accionarial, éso es lo verdaderamente importante ahora.

Sí, se acabó la temporada de "está tot embastat...", "no vamos a saber qué hacer con tanto dinero...", "En 15 días estará todo resuelto...", "Lo hemos conseguido", y demás frases que quedarán para el recuerdo del valencianismo como lo que son, una gran tomadura de pelo, una indignidad impropia de personas que se llaman a sí mismo valencianistas. Soriano y Soler han engañado y estafado al valencianismo, pero ahí siguen, moviéndo los hilos de este drama en busca de su propio beneficio.

Si ya apetece poco hablar de temas extradeportivos, es tal el hastío que provoca esta situación esperpéntica casi secular, que ya no hay ganas de seguir elucubrando sobre las intenciones de esta panda de bufones interesados, miserables y ridículos, o intentando adivinarlas las trampas que se esconden, total, lo que se diga puede quedar obsoleto en horas. En este momento solo cabe esperar a ver qué narices sale del embrollado lío accionarial y social que tenemos. Así que, que sea lo que tenga que ser, pero que se acabe de una maldita vez esta farsa y el Valencia consiga de una vez solvencia y estabilidad a todos los niveles, y salga reforzado y orgulloso. El valencianismo lo merece.

p.d. Quito la encuesta sobre Emery cuyos resultados me parecen anecdóticos, no por lo evidente de un 86% en contra de su continuidad, si no porque ha sido muy poca gente la que se ha acordado de votar al leer el blog y no me parece algo mínimamente representativo.