lunes, 9 de marzo de 2009

Y la culpa es de...

La pregunta de moda en el valencianismo es ¿de quién es la culpa, de los jugadores o del entrenador?

Pues señores, ni de unos ni del otro, aunque ninguno está exento. No se puede simplificar de esa manera sin caer en el maniqueísmo. Negar la responsabilidad de unos y otros sería ingenuo, pero no se puede culpar exclusivamente a los jugadores sin pensar en que alguien firmó sus renovaciones o los fichó cuando el sentido común aconsejaba lo contrario, ni se puede culpar con claridad al entrenador sin pensar en que antes de él ya fracasaron otros. Teniéndo esto en cuenta, la culpa sólo puede tenerla el desastre absoluto de club que tenemos desde hace años. La culpa es de la nula planificación, la culpa es del caos institucional, la culpa es de la inestabilidad accionarial y las guerras de poder.
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Para mi hay una clave, un antes y un después, y es el despido de Amedeo Carboni. Hasta ahí las cosas eran más o menos aceptables, lo normal en un club de fútbol y en mayor medida en el Valencia, que parece que funciona mejor cuando hay mar de fondo. Pero a partir de esa decisión las cosas se han ido torciendo de manera irreparable, el valencianismo se ha atrincherado, hay demasiados intereses, demasiados francotiradores y demasiados poderes mangoneando.

Carboni quiso hacer una labor lógica y razonable, revonar al equipo que él conocía desde dentro, ir deshaciéndose de los jugadores que ya estaban más que exprimidos con renovaciones a la baja y por rendimiento, a uno o dos años como mucho, e ir metiéndo savia nueva que se contagiara de una buena dinámica. Consiguió vender bastante bien, e hizo buenos fichajes a bajo coste, casos de Mata o Alexis, aunque como es casi normal y estadísticamente aceptable, también se equivocó en otros, por más que en algunos casos fue más un tema de boicot del entrenador que fracaso del jugador.

Pero a Carboni no le dejaron continuar su trabajo. Lo tiraron a gorrazos. Y quién lo tiró? Soler no, Soler era y es un monigote demasiado influenciable y manejable, una persona con poca personalidad, indeciso e inseguro, con ansias de trascender, y que solo quería ser importante y agradar a unos y otros. No, a Carboni no lo tiró Soler, lo tiró el lobby de jugadores/representantes/prensa gregaria, no pararon hasta que se deshicieron de él, no cejaron hasta que consiguieron imponerse, y con ello hacerse con el control y mandar más que el propio presidente, y de aquellos lodos vienen estos barros.

Desde entonces todo ha ido irremediablemente hacia el desastre, que ya se bordeó el año pasado, y que yo creo que se puede consumar a corto plazo si no media milagro. Si a la lamentable situación deportiva, con jugadores acabados pero con contratos fabulosos para unos cuantos años, unimos la ruinosa situación económica, la verdad es que el panorama es tan desolador y desesperanzador que ya ni merece la pena cabrearse, solo cabe asistir al hundimiento irrermediable del Valencia CF en el pozo de las medianías.

Que cada uno asuma sus culpas es algo que no cabe esperar. Todo el mundo sabe argumentar excusas plausibles para escapar a su responsabilidad. Pero hay cosas evidentes, y es que culpar a jugadores o entrenador es una cortina de humo, una excusa de a peseta, la culpa es de los nefastos dirigentes que ha tenido este club estos últimos años, y también de algunos caraduras que han usado y usan al Valencia como su negocio y su cortijo, y ahí caben por igual jugadores, representantes y en buena medida la presna deportiva valenciana, mal que les pese y aunque jamás oiremos una palabra reconociendo su culpa.

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