miércoles, 12 de noviembre de 2008

Una situación recurrente

Según se ha conocido por la prensa, el Villarreal parece plantearse el fichaje de Carlos Marchena, y por lo visto ya han hablado con su representante para estudiar el tema. Hasta ahí la noticia, llena de vaguedades y especulaciones. Y yo creo que no hace falta echarle demasiada imaginación para imaginar cómo funciona el negocio para algunos.

Esta es una situación recurrente. Como en tantos otros casos y con toda probabilidad, Carlos Marchena cree ser acreedor a una mejora de contrato. Es campeón de Europa, y fue de los que el año pasado le echaron casta y se dejaron la piel por su club, mientras otros pensaban en sí mismos o en sus amiguetes. Es absolutamente lícito y comprensible, y no hay que darle más vueltas. Por otra parte, también es exactamente igual de lógico y comprensible, e igual de defendible, que el Valencia CF, que por ahora no anda sobrado de liquidez y tiene un contrato en vigor con el jugador, quiera retrasar todo lo posible tal mejora y esperar un momento más conveniente a sus intereses.

Pues bien, ahí es donde entra quién maneja de verdad y tiránicamente el mundo del fútbol y a los futbolistas, el representante. Esos personajes llamados representantes, que defienden los intereses de sus representados y a la vez los suyos propios, pertenecen a una clase de profesional muy especial. Yo casi diría que para dedicarse con éxito a tal desempeño, hay que ser liante, marrullero, desvergonzado, caradura, desleal, intrigante y conspirador, vaya, las mejores virtudes para buen profesional del ramo de los "palitroqueros".

En este caso, el representante de Marchena es un señor cuyas andanzas por aquí vienen de lejos, acostumbrado a campar a sus anchas por el Valencia anterior, y que, en la tesitura de qué hacer cuando le emplazan a final de temporada para hablar de la revisión de contrato de su representado, ha decidido tomar el camino de siempre, el tortuoso y embaucador, el que suele darles mejores resultados.

A partir de ahí empieza el juego sucio, probablemente lícito, pero sucio. Para un representante de su caché es muy sencillo solicitar una reunión con los dirigentes de otro u otros equipos y hacer un ofrecimiento, ofertar a su jugador en unas determinadas condiciones, y ocupándose él de todo el tema, ofreciéndose a hablar con el club de origen para negociar él mismo la salida del jugador, dejando todo en su mano, y llegar a algún tipo de acuerdo condicionado. El probable club comprador lo tiene muy fácil, no necesita más que el representante les traiga al jugador en bandeja, sin más esfuerzo ni mayor compromiso. Y si se les preguntan negar la mayor.

Con tal acuerdo condicionado, vuelve al club de origen y plantea la oferta, amenaza con predisponer al jugador, incluso con que este está muy a disgusto y quiere irse, y sobre todo y principal, pone tal oferta en conocimiento de todos los medios , que se aprestan con júbilo y pasión a la tarea de publicitar al máximo la situación, de dramatizar lo que haga falta, de ponerse codo con codo con el representante y mostrar la máxima comprensión, diciendo a la opinión pública que el jugador merece sin duda la revisión, y de condicionar y presionar al club todo lo que se pueda.

Sinceramente, quiero creer que lo hacen por amiguismo o por que necesitan llenar sus programas y sus columnas, pero lo cierto es que siempre he pensado que en un mundo en que nadie hace nada gratis, esto huele muy mal, y es sospechosa una actitud siempre, siempre, siempre tan a favor del jugador y representante, y raramente en defensa del club del que se supone que viven.

Pues bien, en este caso, esta situación tantas veces repetida y ya habitual, tiene por protagonistas a Marchena, un profesional intachable y actual capitán del Valencia CF, García Quilón, el ínclito, al Villarreal, aspirante a rival del Valencia en la comunidad, y a los medios habituales de forma unánime. Y no deja de ser curioso que sea el Villarreal, el club al que probablemente menos queremos que se vaya ninguna de nuestras estrellas, después del Madrid claro. Que casualidad!

En fin, al final siempre escribo el triple de lo que quería. Yo aconsejaría a todo el mundo no dar demasiadas vueltas ( no como yo) a algo que no deja de ser la típica jugarreta ladina del representante ayudado por los medios, y si fuera dirigente del Valencia zanjaría el asunto diciendo que quien quiera a Marchena pague su clausula, y mientras tanto a jugar y a ganarse el sueldo.

Ah, y por si acaso, no afirmo que esto sea así, si no que creo que podría ser así. Que cada cual crea lo que estime oportuno.

1 comentario:

  1. Marchena renovará porque sabe que el Viallrreal no le asegura títulos y aquí los tiene. Marchena es un ganador.

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