Don Quijote cabalga de nuevo

La confianza que transmitía Soriano se resquebraja, y las dudas respecto a su capacidad para reflotar la nave valencianista tienen ahora una base que no tenían cuando algunos recelabamos de sus promesas basadas en actos de fe. Y no digo que no sea capaz de hacerlo, de hecho espero sinceramente que lo consiga por el bien del Valencia, pero parece que no va a ser todo tan sencillo.

Algunos dirán que Soriano se juega su propia pasta en el envite y por eso merece todos los respetos, una especie de Don Quijote moderno luchando contra molinos de viento económicos. Pero yo veo algo diferente y más prosaico, y es que los dos máximos accionistas de la entidad prefirieron enrocarse y buscar un milagro que les mantuviera el status accionarial antes que ir a una ampliación de capital que podía salvar al club pero dejarles en una posición débil y con unas acciones devaluadas. Y con el Valencia CF de fondo y como actor secundario.

Es pertinente recordar cómo entre Soler y el propio Soriano despidieron poco menos que a patadas a Juan Villalonga cuando planteó una ampliación de capital que parecía una solución obvia a los acuciantes problemas económicos del club. A pesar de no poder verse ni en pintura, prefirieron ponerse de acuerdo para despedirle pagando una cuantiosa indemnización, y pactar una compraventa que convenía a ambos accionistas, por cuanto mantenían su cuota de poder accionarial. Soriano compró, o dice que compró sus acciones a Soler, y todos suponemos que llegó a algún tipo de acuerdo para no levantar la alfombra y seguir tapando todas la miserias de la gestón funesta del anterior presidente.

Da igual como lo vendan, fue un acto interesado y egoista, aunque defendible desde un punto de vista puramente empresarial. Ambos prefirieron mantener el valor de sus acciones antes que poner remedio a los problemas del club metiendo más dinero y dejando que terceras personas también lo hicieran. Despues Soriano se ha dedicado a vender ilusión, a contarnos que el Valencia no va a saber que hacer con tanto dinero como va a conseguir, ayudado por el enorme aparato de propaganda que es la prensa deportiva valencianista, a la que poco menos que compró con la jugada maestra de la contratación de Damián Vidagany, con contactos en redacciones deportivas de todos los colores.

Y ahora resulta que amaga con presentar la dimision porque Bancaja no le concede un crédito. Y digo yo, presentarla a quién? Soriano es de facto, y mientras Soler no vuelva a la palestra (algo no descartable) el dueño absoluto del Valencia, así que, se venda como se venda, lo de la dimisión es un eufemismo para no llamarlo simplemente huida. Las razones de este amago parecen claras, es un órdago a grande, un intento de poner en la picota a Bancaja y buscar que la presión popular les obligue a pasar por el aro. Y le puede salir bien o no, pero desde luego es arriesgado. No olvidemos que las cajas estan dirigidas desde la política, por lo que el embrollo es dificil de desliar, hay demasiados actores en la farsa, basicamente grupos mediáticos y políticos con luchas de poder de fondo, pero es evidente que la llave para desbloquear el crédito la tienen Camps y Rita, a los que no va a ser fácil mediatizar y son enemigos temibles que es mejor tener de tu parte.

Y así estamos, el Valencia digo, metidos en un embrollo importante, con la soga económica al cuello, y dependiendo de que un exportador de naranjas venido a más encuentre la forma de desbloquear sus contactos en el mundo político/financiero para que nos salven el culo una vez más. A partir de aquí se abren muchas opciones. Desde que Soriano no consiga efectivo para ir pagando los pufos de Soler, y recuerdo que las parcelas se supone que están vendidas pero a estas alturas ya nadie apostaría nada, hasta que realmente lo consiga y quede como un héroe valencianista. O quizá tenga que vender sus acciones al mejor postor por mucho menos dinero del que se supone que ha puesto. Si es así la jugada le habría salido mal, pero solo habría retardado unos meses la devaluación de sus acciones que se iba producir igual con la ampliación de capital, y al menos no habría puesto un duro. Ya veremos como se desarrollan los acontecimientos y como sale el Valencia de esta. Mala pinta tiene el enfermo.