jueves, 26 de febrero de 2009

Cuesta abajo y sin frenos

No hay palabras para definir a este Valencia. Es el equipo más inconsistente que he visto en años, un coladero de dimensiones colosales. Sin sistema, sin presión, sin coberturas, sin repligue ni despliegue más o menos mecanizado, con espacios abismales entre líneas e incluso entre los componentes de una misma línea, con jugadores cansados, alocados y desastrosos, con un entrenador errático y perdido, sin saber a qué juegan, y solo viviendo de momentos puntuales de inspiración de algún jugador.

Unai se está cavando su propia fosa con sus bandazos. Es un entrenador completamente diferente al que llegó, un desastre táctico y estratégico, que quería jugar alegre al ataque, y ante la evidencia de los resultados se ha trasmutado en un entrenador barraquero el estilo QSF solo que mucho peor, con el equipo desangelado e inconsistente, sin mordiente, sin alma, sin nada. Y lo peor es que creo que ha perdido definitivamente al vestuario, al que ya no puede convencer de sus postulados cuando ni siquiera él sabe ya que carta jugar.

El equipo no está trabajado, si, eso mismo de lo que se acusaba a Koeman el año pasado, y si lo está no lo parece. Cada partido es un cúmulo de despropositos, una retahila de sinsentidos, un chollo para el rival, sea el que sea, y damos más pena que otra cosa.

Fuera de la Copa y la Uefa, sólo nos queda la liga, pero el palo anímico está siendo tan grande para todo que sólo un milagro en forma de 3 partidos ganados seguidos por goleada puede hacer que se revierta una situación de desquicie y hundimiento a todos los niveles.

Si a esto unimos la ruina económica que no parece que vaya a salvar un contrato de televisión sobre el que se ciernen sospechas de poco seguro, el panorama es cualquier cosa menos halagúeño.

Ser der Valencia siempre ha tendio un componente de "patiment" muy marcado, pero lo que se nos avecina puede ser tremendo.

Espero equivocarme. Espero que Unai, el Unai optimista, valiente, preparado y solvente, resucite y vuelva a dominar la nave. Espero que lo que está pasando sea más culpa de los jugadores que suya, que desde luego son los que juegan, aunque me parece que echarles la culpa sin más es simplificar demasiado. Pero bueno, a lo mejor pasa como otra veces, y una victoria sobre la campana consigue salvar la credibilidad del entrenador y ser el punto de inflexión sobre el que construir el futuro deportivo. Ojalá Unai sea el próximo Benitez, ese que estuvo casi fuera hasta la victoria en campo del Espanyol.

Ojalá. Pero por ahora no parece, el caos del equipo es evidente, palmario, y de nuevo tal y como pasó el año pasado, vamos cuesta abajo y sin frenos hacia no se sabe dónde. Que miedo mama.

3 comentarios:

  1. Joder, has tenido que escribir el nombre del holandés errante, con el mal fario que da.

    Si, sin rumbo y achicando agua por todas partes, pero no pasa nada, todo se arregla con un papelito firmado. Eso dicen algunos, yo espero que ese papelito sea el de la venta del club a alguien serio

    ResponderEliminar
  2. mmm... ¿veremos a Voro de nuevo en el banquillo?

    ResponderEliminar
  3. El Valencia tiene nombres, no tiene un equipo. El hacerlo equipo es responsabilidad de UNAI

    ResponderEliminar