Soler y Soriano, Soriano y Soler, la galería de los horrores valencianista

Cada día que pasa la situación del Valencia Cf es más y más agónica. Vamos cuesta abajo y sin frenos hacia una suspensión de pagos o algo peor. Por obra y gracia de Soler y Soriano, Soriano y Soler, el Valencia se hunde en la miseria, se ve abocado al pozo de la asfixia económica y la ruina deportiva, porque una cosa va de la mano de la otra.

Lo de Vicente Soriano está siendo bochornoso, si no fuera porque lo que está en juego es nuestro querido Valencia CF lo podríamos calificar de sainete, pero en realidad es un drama y de los gordos. Se nos ha estado vendiendo la burra de forma indecente desde la prensa, se le ha tratado como al mesías, se le ha querido vender como el salvador de la patria, el valiente que venía a reflotar la nave, se le ha estado excusando con una benignidad no ingenua sino demagógica, se le han trivializado todo tipo de bravuconadas, se le han disculpado todo tipo de incumplimientos, en resumen, ha disfrutado de una manga ancha aduladora, desconcertante y sospechosa. La jugada maestra de poner a Vidaengany al frente del gabinete de prensa del club le ha dado justo lo que quería, margen de maniobra y la mansedumbre de los otrora beligerantes medio de comunicación valencianos, ante la mirada atónita de una buena parte de la afición que ya no se deja engañar por esta tropa.

Pero ya está bien, esto ya huele mucho, es hora de decir la verdad y dejar de tapar, mentir y disculpar. Ya es hora de decir las cosas claras y que lo entienda todo el mundo. Estos dos señores, Soler y Soriano, Soriano y Soler, no quieren el bien del Valencia sino el suyo propio. Ni uno ni otro están el el Valencia por afán de servir, sino de servirse, medrar, trascender y figurar. Y ahora Soler con el único afán de recuperar lo puesto y salvar su culo.

Estos señores prefirieron unirse a pesar de ser enemigos íntimos, antes que llevar a cabo una ampliación de capital que habría traído una bocanada de aire fresco a la economía del club para buscar cierta solvencia, amén de nuevas personas dispuestas a comprometerse con mayor capacidad y recursos. Ahora, ante la evidencia de la suspensión de pagos a la vuelta de la esquina, su única solución es endeduar aun más a la entidad con un préstamo usurero y peligrosísimo. Una locura tras otra, una huída hacia adelante que pone en un riesgo real al club.

En su momento las intenciones de Soler me parecieron loables, pero hace ya mucho que Soler se ha convertido en acreedor del Valencia y en el mayor buitre que acecha al club. Soriano es el hombre que le prometió exonerarle de sus compromisos y liberarle de ataduras y avales, un títere interesado y atado con lazo corto, y por eso le cedió el mando. Soriano es el personaje que ha antepuesto su avidez de trascender antes que el bien del club, y por ello se ha embarcado en esta aventura para la que no está capacitado intelectual ni económicamente, pero que durante meses le ha colocado en en centro de todas las miradas y peloterismos, en la cima de la sociedad valenciana, que es lo que buscaba y busca ávidamente.

Soler y Soriano, Soriano y Soler, son lo mismo, el mismo perro con distinto nombre, dos personajes funestos que van a tener el triste honor de ser los que prefirieron hundir al Valencia antes que hundirse ellos, sin darse cuenta de que se hunden igualmente. Lo triste es que no pensaron en que con su comportamiento mezquino e interesado iban a empeorar mucho su situación accionarial y de paso meterse por méritos propios en la galería de los horrores valencianista.

Hoy por hoy sus acciones ya no valen nada, han conseguido que un club hace poco en la élite mundial sea ahora mismo una ruina. Han sido tan avariciosos e inútiles que, por no devaluar sus paquetes accionariales con una ampliación de capital controlada, lo que han conseguido es devaluar su valor hasta la nada. Los 70 millones de € que pretende Soler por sus acciones causan risa, porque hoy por hoy no hay nadie tan tonto como para pagar por ellas. Soler tiene que ser muy ingenuo para pensar que puede encontrar un comprador a ese precio.

El valor accionarial de una s.a es especulativo, y vale lo que alguien esté dispuesto a pagar. Hoy por hoy tengo muy claro que el futuro del Valencia pasa por una venta accionarial simbólica, alguien que compre la sociedad y su deuda pagando por ello 1 €. El Valencia es hoy una entidad devaluada, pignorada y endeudada al máximo, al borde del abismo de la quiebra. Nadie va a comprar acciones sino deuda, y ambos, Soler y Soriano, Soriano y Soler, van a perder mucho dinero con la devaluación evidente de sus acciones hasta la nada, de la que son los culpables absolutos.

Tiempo al tiempo.

.....................................................

p.d. Me ha salido un ladrillo más tocho de lo habitual, que ya es decir. Te pido disculpas si has conseguido llegar hasta aquí.