Ya está, ha vuelto a pasar. Está pasando. El VCF ha ganado 4-2 al Getafe en Mestalla, un partido tirando a ordinario y tácticamente desastroso. Salida fulgurante con el equipo rival dormido, como sale a veces también el propio VCF. 2 goles en apenas 7 minutos han sido demasiado lastre para el Geta, que ha espabilado y aún sin crear demasiados problemas ha conseguido recortar distancias. Al final, por resumir, el VCF ha tenido más pegada y ha ganado. Partido flojo, en todo caso decente sin más, ante un rival que con muy poco aún ha puesto alguna traba. Punto, no hay mucha más historia. Tengo la impresión de que el equipo sólo mueve el culo cuando tiene la soga al cuello. Como no hay un entrenador con mando en plaza no hay forma de que siempre den un buen nivel, y lo hacen sólo cuando no hay más cojones. Pero esto no tiene importancia alguna, por lo visto.
Hoy, de nuevo, toca exaltación albeldista, estaba cantado, es lo habitual. Ante partidos normales, tan normales que en cualquier otro no merecería ni mención, los voceros y amigos del capi se desviven por imbuirnos que es eterno, enorme, colosal, maravilloso. Cuando hace un partido de mierda, o pierde partidos con autoexpulsiones absurdas, o regala balones que cuestan goles, o no se entera de nada en absoluto, callan, silencio. O incluso así intentan vender que no, que es mentira, que lo ha hecho bien, ha hecho la falta porque tocaba, le tenemos manía... Una batalla perdida. En días como hoy el ventajismo campa a sus anchas por nuestro maltrecho puticlub, y a los que no pasamos por el aro no nos queda más que, si nos ponemos a su nivel, esperar nuestra oportunidad, que llegará sin duda. Bonito, eh? Valencianismo de trincheras. Triste, pero es lo que hay.
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