martes, 18 de diciembre de 2012

No me chilles que no te oigo

Llorente en rueda de prensa. Para qué? Para reírse de todos, para ver si cuela, para dar argumentos a sus palmeros y que le hagan el trabajo sucio vendiendo un discurso risible. Está acorralado y en vez de ser honesto y ofrecer el relevo, se atrinchera, se enroca, se parapeta tras argumentos pueriles y patéticos. Reconoce que ha cometido errores, y qué? Nada, normal, se equivoca porque puede, porque está ahí, pero no significa que tenga responsabilidad real, ya rectificará 'si eso'. 'Si supiera que el que venga arreglaría esto me iría enseguida' Pero no dice que mientras no venga otro nunca sabremos si sería así o no, nos obliga a fiarnos de su palabra, sus sensaciones, sus creencias. Otro acto de fe.

Lo peor es que consigue su propósito. Con su discurso absolutamente cínico gana tiempo, sus aduladores le justificarán, dirán que no hay otra solución mejor (véase mi entrada anterior) y que el hombre hace lo que puede lo mejor que puede. Pero si la afición ha espabilado un poco no se dejará engañar.

La hartura hacia su gestión es evidente. No, no es por la situación deportiva, es sólo el detonante, es hartura por una gestión estéril. No ha hecho nada salvo vender las joyas de la familia y trampear como puede hacerlo cualquier ama de casa. Y como lo sabe está claramente a la defensiva, el discurso es el de alguien acorralado, desarmado y a la desesperada  No tiene más argumentos que echarle cara y esperar un milagro. Tras esto estoy más convencido que la era Llorente toca a su fin, un empujón más y se irá. No hay mejoría deportiva que le salve, no hay que caer en el engaño, sus días están contados y hay que demostrarle que sabemos que lo sabe.

 

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