El VCF ya tiene rival en octavos de la Champions League, el Paris Saint Germain, o PSG. Club poderoso en Francia que pasó por grandes dificultades, pero ahora, de la mano de uno de esos Jeques de película que se han lanzado a comprarse juguetes caros en forma de clubes de fútbol, es un nuevo rico del fútbol europeo. Lo entrena Ancelotti, de enorme caché y sobradísima experiencia, y tiene estrellas de la talla de Ibrahimovic o Thiago Silva, y a Van der Wiel o Gameiro por los que el VCF pujó hace poco. Y a este nuevo rico, poderoso, sobrado y arrogante, se enfrenta el VCF, un pobre viejo acosado por la mala salud económica y social, enfermo de gravedad y sobreviviendo día a día como puede. Un VCF rodeado de 'familiares' parásitos que con falso cariño pretenden sacarle lo que puedan, un entorno de expresidentes y exconsejeros que solo quieren 'figurar' y medrar más si cabe y no pierden la oportunidad de intentarlo, jugadores y exjugadores que creen portar el ADN valencianista y por ello tienen derecho a mangonear como quieran, una clase política que no lo abandona por miedo a que se les vuelva en contra pero que poco hacen por paliar la ruina actual, acosado por bancos a los que debe un potosí, abandonado paulatinamente por su otrora fiel afición, y rehén de una prensa egoísta e interesada que se arroga el derecho de postular sobre quién debe o no debe estar, o quién es bueno o malo, un discurso ponzoñoso y malévolo que muchos confunden con información. Un VCF que, como un abuelo cebolleta, solo puede ya contar historias de sus grandes gestas de antaño y su gran pasado, y que, rodeado de miserables y avaros, sueña con ser algún día como el PSG actual.
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