Aquí no ha pasado nada. La afición al unísono, y mira que es difícil poner de acuerdo al valencianismo, espera que el presidente del VCF salga a poner el grito en el cielo y reclamar un trato justo para el club, exigir que de una vez por todas los comités dejen de reírse de los equipos 'comparsa' mientras perdonan sin asomo de rubor las mayores barbaridades perpetradas en el seno de RM o FCB, tanto monta, monta tanto, pues ambos son los niños mimados de federación y comités varios. La tomadura de pelo que supone la sanción de 3 partidos a Sofiane Feghouli por hacer 'nada' necesita una respuesta dura, consistente y pública, es perentorio señalar a los comités y árbitros y decirles que hacen lo que quieren, y seguirán, pero tontos no somos. Hay que poner el foco en esta Liga profundamente injusta y manipulada, y decir, basta!
En vez de eso, Llorente, ese gran, gran gestor, parodiando a Jack Benny en To be or not to be, se limita a callar, tragar, y de paso humillar a la afición que se supone representa con su negligente dejación. Sería decepcionante si no fuera porque casi todos intuíamos que así iba a ser. El VCF se regodea en su propia mediocridad, se empequeñece cada día más y más, se revuelca en el lodo, y demuestra que somos, de verdad, y sin duda, un equipo comparsa sin pizca de orgullo, un club rastrero y sumiso que se pliega a todo y a todos. Pero yo siento vergüenza, mucha, vergüenza ajena al comprobar los inútiles y cobardes que nos representan. Al final, tenemos lo que nos merecemos, se ríen de nosotros con toda tranquilidad, y lo volverán a hacer siempre que quieran. El VCF es el coño de la bernarda. Manolo, gracias por todo.
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