lunes, 1 de octubre de 2012

Dramas previsibles

Pues sí, ha llovido mucho este fin de semana. Lamento con toda sinceridad las muertes, los heridos y los destrozos y pérdidas materiales causados por las lluvias. Pero me aburre que se haga de esto un circo mediático. Todos los años es lo mismo, estamos en Septiembre y estas lluvias torrenciales son desgraciadamente habituales. Tras el verano, y de forma muy previsible, la climatología se da la vuelta y pasamos de tener secarrales a lodazales, de pertinaz sequía a estar ahogados en agua y barro. Pero, por esperado y recurrente, lo noticiable no es que llueva así, si no cómo es posible que cada vez que llueve así haya muertos, dramas, enormes destrozos y toda la parafernalia habitual. En el siglo XXI sigue pasando lo mismo que el XIX, el XVIII, el XVII... Tan avanzados que creemos estar y somos, por lo visto, incapaces de controlar o minimizar los episodios de lluvias torrenciales. No soy quién para decir qué hay que hacer o cómo, porque no lo sé ni tengo porqué. Que caiga un árbol de forma fortuita y mate a alguien es probablemente imprevisible, pero muchos desastres se producen en ramblas y pasos de agua obvios, o en instalaciones con riesgo de ser afectadas sin unas mínimas medidas de seguridad. Esto hace pensar que se hace poco por evitarlos, que son circunstancias manifiestamente peligrosas y previsibles que un año tras otro se repiten sin que nadie parezca ponerles remedio. Nos recreamos en los desastres, imágenes e historias, pero no se analizan las causas de tanto desastre para buscarles remedio. La condescendencia y la solidaridad, hasta la pena, están bien, son lógicas y no criticables, pero también habría que ser críticos y exigir que se evite tanto drama previendo y corrigiendo las circunstancias que, se sabe, los van a causar.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario