El cierre de RTVV está siendo de todo menos bonito. Un decreto nocturno, cortar la señal de radio a medianoche y la de TV por la policía es feo, cobarde y reprochable. Las reminiscecnias a un golpe de estado en uno de esos países de dictadura bananera son evidentes, el gobierno del PP valenciano se está cubriendo de gloria cerrando un medio de comunicación público y haciéndolo así, de forma tan lamentable y triste, pervirtiendo nuestro sistema político en una especie de democracia bananera.
Pero en este sainete nadie está libre de culpa. Los políticos han ulitizado RTVV a su antojo durante décadas, y ahora que el niño les ha salido respondón, obviamente porque está con el agua al cuello, no han soportado mucho tiempo la contestación y lo han cerrado de la forma más antiestética posible, si tener en cuenta que al ser un medio de comunicacion el chapucero cierre prácticamente iba a ser retransmitido en directo. Tampoco los trabajadores y sindicatos están libres de culpa. Durante años han sido mansos corderitos, han consentido desmanes inconcebibles, han despreciado a otros muchos trabajadores puteados por sus empresas, han consentido que entrara personal a dedo con vete a saber qué contrapartidas, han olvidado que se deben a una profesión que no es marketing o 'public relations' sino periodismo, con lo que eso conlleva, y ahora pagan con su puesto de trabajo la dignidad que antes no supieron defender. Pero sobre todo esto es culpa de la sociedad valenciana que ha mantenido al PP durante 20 años al frente de la Comunitat, con una mayoría absoluta que ahora han usado para cerrar RTVV por sus cojones, porque si, porque seguramente tienen quién se lo quede y así se ahorran el gasto. Con lo bien que les ha servido como aparato de propaganda disfrazado de servicio público!
Esta sociedad valenciana, en la que estamos todos, es una sociedad mansa, domesticada, enferma, servil y mezquina, y deberíamos todo hacer examen de conciencia para evitar que esta clase política por encima del bien y del mal siga cometiendo sus rentables desmanes. Espabilemos de una vez!
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