Hay algo que he echado en falta en el brillante discurso del Presidente Salvo. Su nuevo consejo tiene un perfil muy profesional, a decir del propio presidente, enfocado en gran parte a conseguir la internacionalización del VCF, ser reconocidos como un gran club por sponsors e inversores, y hacer crecer su imagen. Perfecto, es muy loable y necesario poner a VCF en el mapa de los grandes clubes que pueden acceder a mejores recursos. Pero algo falla.
Para mi, antes que la internacionalización, hay que conseguir, perdón por la licencia, la nacionalización del VCF. Nuestro club es a día de hoy algo así como 'el choto de la Bernada' a nivel nacional. Federaciones, comités, árbitros y medios 'nacionales' nos han tomado por el pito del sereno, se ríen del VCF de forma habitual, saben que poco tienen que temer del club, y por tanto nos ningunean con total tranquilidad e impunidad. Como ejemplo basta el descarado atropello de Clos Gómez en Sevilla que hace perder el club una lluvia de millones, y la escasa, por no decir nula atención prestada por casi todos los actores de esta farsa.
Pues por ahí hay que empezar, señor Salvo. Hay que restituir el respeto al VCF, pero no de boquilla o estadísticamente, si no de verdad. Exigir la atención y respeto debidos al tercer club de España, y señalar y castigar cuando no se haga. A partir de ahí, con reconocimiento y respeto en tu propia Liga, puedes buscar con más garantías de éxito la internacionalización y hasta la universalización del VCF. No empecemos la casa por el tejado, si no por los cimientos.
Desde este modestísimo rinconcito valencianista exijo a Salvo y Djukic seriedad, honestidad y compromiso, y les deseo la mejor de las suertes como protagonistas de la nueva era valencianista.
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