sábado, 23 de abril de 2011

Mi sobrino ya nunca será valencianista

Hoy uno de mis sobrinos iba a Mestalla por primera vez. El chaval tiene apenas 5 años y es un futbolero impenitente. Con tan tierna edad no se pierde un partido de fútbol en la tele, juegue quien juegue, y se queda embobado igual que otros críos pierden la noción del tiempo viendo dibujitos. El chaval no tenía claro aún de qué equipo hacerse. Como cualquiera, y 'gracias' a la omnipresencia de ambos en los medios, se fija más en los dos grandes transatlánticos y menos en los demás equipos. Admira al FCB por su juego vistoso y su habitual contundencia, no tanto al RM del que nos oye hablar muy mal, y por el empeño de su padre y familiares valencianistas, también ve mucho al VCF. Como es habitual, la familia le regalamos camisetas y marketing valencianista con la esperanza de que definitivamente se haga de los nuestros.

Hoy era un día clave. Hoy ha ido a Mestalla a ver al Valencia ganar, a ver a los Soldado, Mata, Banega, pero también a los Ronaldo, Benzema, Kaka, etc. Si el Valencia era capaz de hacer un gran partido y ganar el RM, quizá el chiquillo, disfrutando del ambiente, el juego y la victoria, y casi sin darse cuenta, se habría hecho del Valencia para siempre, con lo que tanto su padre como toda la familia tendríamos un valencianista más entre nosotros, amén del propio club un consumidor más de la marca VCF. Como él, muchos críos en la edad en que estas cosas se marcan a fuego en el subconsciente tenían hoy una oportunidad de convertirse definitivamente en valencianistas.

Pero hoy el Valencia ha hecho el ridículo más espantoso posible, ha dado un espectáculo inexplicable, indefendible y bochornoso. En el día en que más ganas hay que echarle, el equipo se ha diluido de tal manera que el odiado RM nos ha pasado por encima de forma inmisericorde, una humillación en toda regla y para la que no hay excusas ni consuelo. Pero la vergüenza que sentimos la gran mayoría de valencianistas no es nada comparado con la oportunidad perdida por mi sobrino de hacerse correligionario valencianista y disfrutar del mismo equipo de sus padres y familiares. Hoy el chaval, que expresaba sus dudas entre el FCB y el VCF, estoy seguro que ha descartado definitivamente a los de Mestalla y se ha hecho seguidor culé para siempre, y espero que impresionado por el resultado no se haya hecho del RM sin siquiera saberlo, porque nada podría doler más a sus padres y familiares.

Y esto, en su aparente simpleza, es un drama para el valencianismo. Y lo que nadie parece ver es que todo es lo mismo, el patrocinador que no quiere seguir, la marca de camisetas que no quiere renovar el acuerdo, y el chiquillo que sin saber cómo se hace seguidor del FCB o el RM, que son los equipos que luchan los títulos y demuestran ambición sin limites y ganas de pelear la hegemonía del otro.

El absurdo conformismo de entrar en Champions año tras año, resignándose a no disputar los títulos en juego, es el arma que está haciendo que el VCF se hunda en la mediocridad más absoluta y que los dos grandes acaparen, cada día más y más, esponsors, dinero y seguidores por todo el mundo. Hoy el VCF es un barco a la deriva, un club que no interesa a casi nadie excepto los que ya somos aficionados desde hace mucho, y que si alguien no lo remedia, va a ser, si no lo es ya, un club anodino y vulgar, el primero de los mediocres cuando las cosas van bien, con riesgo de caer al pozo cuando vayan mal, y siempre ninguneado por marcas, sponsors, y sobre todo olvidado por las futuras generaciones futboleras que aun tienen que decidir de qué equipo hacerse.

Juro que, tras más de 2 años manteniendo este humilde blog, esta es la entrada más sentida que he escrito, hecha desde la desesperación de ver como el comformismo, la resignación, la displicencia y desidia de dirigentes y profesionales está llevando al VCF a estar no ya lejos, sino a años luz de los dos grandes, y que todos los críos se hagan, casi con razón y en consecuencia, del FCB o del RM.

No sé, igual estoy exagerando, igual estoy dramatizando lo que no es más que un resultado en contra, pero me temo que mi sobrino ya no será nunca del VCF, y me veré privado del pequeño placer de regalarle cosas de mi equipo y ver los partidos juntos, y quizá, de ir con él a Mestalla en el futuro. El VCF, su padre y yo nos lo perdemos. Gracias.


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