Empezamos. A nadie se le ha ocurrido condicionar la renovación de cargos del área social y económica del Valencia CF en base a objetivos? Manuel Llorente no tuvo empacho la temporada pasada en condicionar la continuidad de Unai en base al cumplimiento de objetivos, y curiosamente este año no ha hecho referencia a ello. Y me parece inteligente, porque si de ello hablamos, él no ha cumplido ninguno de los que afirmó que se proponía al frente del VCF, e igual se ha dado cuenta de que alguien podía extrapolar ambos casos y llegar a la misma conclusión.Y por lo que parece, ya que no he escuchado ni leído a nadie hacerlo en éstos términos, ése alguien soy yo.
Unai Emery ha cumplido un ciclo, creo que no debe continuar pese a que su gestión deportiva es bastante decente en el cómputo global, o al menos defendible, y nadie le puede negar, si finalmente el equipo vuelve a entrar en Champions, que ha cumplido los objetivos mínimos. Y Manuel Llorente es su jefe, quien le mira con lupa, le exige y le aprieta, y quien debe decidir su continuidad, que para eso está.
Pero, quién le aprieta las clavijas a Llorente? Si Llorente es la policía de Unai, su jefe directo y responsable, el jefe de Llorente es Bancaja. Bueno, Bancaja, Bankia o el 'banco malo' que se han sacado de la manga para meter todos los activos peligrosos, entre los que seguro está la deuda del VCF, y que ahora pretenden echar a la espalda del estado para que se apañe como pueda. Sea quien sea, alguien ha puesto ahí a Manuel Llorente, que no la masa social del club. Y ése alguien es el que debe valorar los logros del presidente, el grado de cumplimiento de los objetivos marcados, y obrar también en consecuencia.
Y qué valoración se puede hacer de la gestión de Llorente? Pues muy benévolo hay que ser para ver algo bueno en ella. El campo sigue parado y pudriéndose, ni siquiera se ha acometido el cerramiento de la llamada 'cota cero', las famosas parcelas de Mestalla siguen sin venderse, el club sigue con el agua al cuello y una deuda astronómica, vivo solo por la inyección de capital de la ampliación que le puso en el poder y la venta de los jugadores estrella, los que tenían valor real en el mercado, algo para lo que tampoco hay que ser un genio de las finanzas. Además, la tan cacareada democratización ha resultado una milonga, una burla, el amiguismo campa a sus anchas, y solo están contentos los que chupan del bote cobrando un sueldo o viviendo del VCF. Cosas buenas? Errr...si, algo habrá, bueno, somos terceros! Ah no, que esa es la parcela deportiva y hablamos de la económica...
Por tanto la cosa está clara. Si Unai no sigue a pesar de cumplir más o menos objetivos mínimos, Manuel Llorente, que ha fracasado miserablemente y no ha cumplido ninguno, debe seguir sus pasos e irse también, por coherencia y honestidad. Como esto sabemos que es una entelequia en el VCF, tiene que ser su jefe inmediato, el que le puso al frente, el que le despache.
Dicho bien claro, Llorente y su equipo no deben renovar en sus cargos, no cumplen objetivos, han fracasado, han cumplido un ciclo y no han dado soluciones de ningún tipo, el VCF sigue estancado, no han conseguido dinero para asegurar el futuro del club, no han acabado el estadio, no han sacado al club de la agonía económica ni conseguido nada más que una paz social falsa por cuanto no hay socios con derecho a voto que pacificar, ya que hay un solo dueño que manda, pone y quita, y por tanto tiene que venir otro presidente con su propio equipo a intentarlo.
Es más, sería absurdo que se fuera Unai y no Llorente, por cuanto la gestión y consecución de objetivos del primero es defendible, mientras que la el segundo rotundamente no. Llorente tiene que irse antes que Unai, ni más ni menos. Así que, a ver si el debate se plantea en estos términos, a ver si afición y medios plantean también el tema del cumplimiento de objetivos en la parte social y económica, porque pagarla con el entrenador es fácil, pero hacerlo con quien tiene al club en puño, cobrando muy bien pero sin ofrecer soluciones, es una responsabilidad, y es de todos.
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