sábado, 23 de octubre de 2010

Qué poco dura la alegría en casa del pobre!

Hoy podría estar escribiendo 3 horas, así que intentaré controlarme. En el partido que debía ser un gran homenaje a D. Arturo Tuzón, el Valencia ha perdido con toda justicia ante el Mallorca de Michael Laudrup, un técnico que me gusta mucho por lo que es y lo que fue, y que propuse como alternativa a Unai si éste no seguía cuando a final de la temporada pasada hicimos balance. Así que ahora podría echarme flores y decir que Laudrup le ha dado un buen repaso a Unai, pero no lo voy a hacer.

Y no lo voy a hacer porque no creo que Laudrup haya hecho ninguna genialidad táctica ni nada especial, y sí puede ser que Unai haya hecho tarde al valiente planteamiento rival. El Mallorca ha salido descarado, pero tampoco es que haya hecho nada del otro mundo, se ha limitado a trabajar mucho, moverse mucho y presionar muy arriba, y eso ha ahogado a un Valencia incapaz de jugar o tener el balón, que ha dejado unos pasillos enormes por donde se colaban una y otra vez los delanteros mallorquinistas. Una sangría que el Valencia que en ningún momento ha sabido cómo parar y que ha generado mucho peligro. De ahí han venido dos goles, uno de penalty probablemente inexistente, aunque lo tendré más claro cuando pueda verlo repetido.

Y es que el Valencia es un completo desorden. El problema es que prácticamente todo el equipo ataca, todos van hacia delante, y eso, cuando el rival te presiona tan arriba, es un peligro, no tanto por perder las posiciónes individuales, que también, si no porque el equipo está siempre descolocado, desorganizado, y hay muchas vías de agua que tapar. Los laterales en este Valencia no es que suban mucho, es que prácticamente viven en el campo rival, y tienen que ser los centrales y mediocentros los que salgan a tapar esos agujeros contínuamente, dejando el centro franco y expedito si el rival acumula jugadores. Un desastre.

A eso hay que unir que el juego del Valencia es más previsible que el frío en invierno. El año pasado se practicaba un juego rápido y combinativo, este todo se limita a irse a un lado u otro y centrar a ver qué pasa, una y otra vez y sin más alternativa. Cuando se pesca algún balón las cosas van bien, y hasta ahora Aduriz había conseguido sacar partido de ése tipo de juego, pero cuando no es así el juego se convierte a anodino y previsible, un chollo para los centrales rivales. Hoy los del Mallorca, sobre todo Nunes, ha sacado tropecientos balones fáciles de cabeza, sin dificultad alguna, y es que con una buena colocación es suficiente para parar a este inocente y previsible Valencia.

A esto sumamos que Unai sigue afectado del mal de 'entrenadoritis', y sigue haciendo cosas raras que tienen poca explicación, y si la tienen él sabrá cuál es, porque no nos la cuenta. Que hoy haya sacado una defensa prácticamente nueva al completo es raro, que repita con Banega en la media punta es raro, que haya hecho 8 cambios respecto al útimo partido es raro, y que haya jugado con mediapunta y delantero en la primera parte, y dos delanteros puros en la segunda, es raro. Que además de rotar jugadores roten también los dibujos tácticos es una novedad, y se puede decir que Unai es el inventor.

A esto también hay que sumar que hay jugadores que no están. Jugadores que, por las razones que sea, pasan por un mal momento y dan demasiadas facilidades. P. Hernández está fatal desde hace unos cuantos partidos, no se va ni de su sombra y es incapaz de dar un pase a un amigo. Soldado parece más inocente que Heidi, Albelda te puede cortar a lo sumo dos balones en partido, pero además da 6 al contrario que suponen peligro en contra y con el equipo descolocado, Fernándes ya no está tan fino y conduce demasiado, Banega desubicado y perdido. Y no es que no trabajen, porque en general la acitud es buena, corren y lo intentan, pero algo falla.

Sí es muy destacable el partido que ha hecho la banda izquierda, sobre todo Jordi Alba que está inconmensurable, rapidísimo e inspirado. A veces me recuerda esos dibujos animados en que las piernas ni se ven de tan rápido que corren, pues igual, corre como un demonio, velocidad pura y desborde, y aunque lo está haciendo más que bien, sigo pensando que es un desperdicio tenerlo de lateral.

En fin, que el Valencia, líder hasta hace nada, es ahora mismo un equipo ramplón que se encamina a toda máquina hacia la mediocridad de juego y resultados, y a la media tabla en la clasificación. En nada vamos a pasar de ilusionarnos con ganar la Liga a conformarnos de nuevo con ser cuartos. Eramos la alternativa, y de nuevo somos lo que somos, un equipito luchador pero limitado, conducido por un entrenador voluntarioso pero mediocre. Qué poco dura la alegría en casa del pobre!


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