Loborama
El blog más plagiado de Valenciastán...
jueves, 27 de noviembre de 2014
Mestalla se lo merecía
jueves, 20 de noviembre de 2014
Ciencia-ficción vintage, o algo así
Está muy bien escrita, en un lenguaje sencillo y nada sofisticado aun a pesar de su temática, tanto que casi parece una novela de esas llamadas juveniles, aunque no lo es. Fluye siempre con naturalidad a pesar de las mil referencias que cita como fetiches, y hasta diría que tiene banda sonora, desde Oingo Boingo hasta Rush, todo muy ochentero.
Y si la novela está muy bien, con esta historia los hermanos Wachowsky te hacen un peliculón tipo Matrix para caerse de culo. Por lo visto el autor tiene vendidos los derechos cinematográficos casi desde antes de publicarla, así que ojalá la hagan y la hagan bien, porque no me la pierdo.
No suelo divertirme tanto con historias tan aparentemente banales y presuntamente trilladas, pero esta me ha hecho disfrutar cono un crío, y por eso la recomiendo.
domingo, 19 de octubre de 2014
Ingenuidad, arrogancia o realismo?
El VCF de Nuno muestra y transmite confiabilidad, seguridad, gran capacidad de sufrimiento y humildad, es un equipo compacto y rocoso que defiende con fiereza y ataca con convicción, con oficio y sin absurdos delirios de grandeza, y que hasta ahora no ha perdido un solo partido. Así que, bueno, quizá soy algo ingenuo o un tanto arrogante, pero ante un Depor último clasificado y dirigido por un entrenador fracasado como Víctor Fernández, solo espero la victoria, y me parece perfectamente realista. Ah, y apostaría que el resultado será 0-3, no me preguntéis porqué.
(Perdonad si no es un gran artículo, apenas un tuit largo, pero lo he escrito sumergido en la horrible cacofonía de una ludoteca a reventar, y se hace lo que se puede XD )
miércoles, 11 de junio de 2014
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais
jueves, 5 de junio de 2014
Empezar la casa por los cimientos
El culebrón debe terminar hoy
Las negociaciones, sean en el ámbito que sean, pueden ser fáciles o complicadas según las circunstancias y el talante de los negociadores. Son fáciles cuando las partes quieren llegar a un acuerdo que a ambos interesa, y complicadas cuando una de las partes se ve fuerte y con capacidad para apretar y sacar mayor tajada. Es lógico, y hasta ahí nada fuera de lo normal.
Lo extraño llega cuando a ambas partes les interesa sin duda llegar a un acuerdo y, sin embargo, una de ellas se empeña en imponer condiciones abusivas, ilógicas o caprichosas, creyéndose fuerte o por simple inconsciencia. En ese caso la negociación es difícil de interpretar, es algo más que negocios, con claves que se escapan o no hay por dónde coger.
Lo digo, claro, por el tira y afloja abierto entre Bankia y Lim, una negociación que se presumía rápida y tiene visos de eternizarse con el mes extra que se concede Bankia para cerrar el acuerdo, y a la que ayer Goirigolzarri se encargó de echar un buen jarro de agua fría. Certezas, lo que se dice certezas, no tenemos ninguna, no sabemos qué está pasando ahí dentro, más allá de filtraciones, globos sonda o especulaciones que al menos sirven para debatir. Pero sí sabemos que a ambos les interesa llegar a un acuerdo, a Bankia para borrar el impago de sus cuentas y al VCF para poder encarar el futuro con optimismo en un momento clave, el de la planificación para el próximo curso.
Si lo que se dice es cierto, Lim ofrece a Bankia el pago completo de la deuda, algo que me parece inaudito y pone de manifiesto las ganas que debe tener de acabar de una vez con esto. Pero Bankia no está contenta todavía, quiere más, y más, y no parece tener prisa ni intención de soltar una teta que, lejos de ser el problema que nos dijeron que era, parece consolidarse en nuestro imaginario como fuente inagotable de ingresos para el banco.
Sea como sea, esto pasa ya de castaño oscuro. Hay que zanjar de una vez un asunto que tiene desquiciado al valencianismo y permitir salir al club del bloqueo actual. La pelota está en el tejado de Bankia, depende de ellos, y si no quieren darse por enterados, quizá porque tenían preparado otro escenario, no hay más salida que forzarles a hacerlo.
Un banco tiene derecho a ganar dinero, desde luego, pero un banco intervenido y sostenido por todos no puede hacer de su capa un sayo y condicionar el futuro de un cliente tan importante porque sí. El Valencia no puede permitirse un mes más parado, ni mucho menos que Peter Lim se harte y se largue a su pueblo. Su oferta es muy buena, ganan todos, y ese debe ser el único criterio aplicable. El acuerdo debe cerrarse ya, hoy mismo, y si no llega, desde la esfera política se debe forzar la máquina para finiquitar de una vez este culebrón interminable y agotador. Y conseguir que este artículo quede obsoleto cuanto antes, por el bien y el futuro del Valencia.
miércoles, 21 de mayo de 2014
La vida que nos queda
La novela es casi un prodigio, contada en un lenguaje a veces ordinario, como lo harían unos adolescentes, y otras muy literario, con citas y planteamientos complejos y casi poéticos, pero siempre fluido y comprensible, una redacción sencilla y nada pretenciosa que la hace muy fácil de leer. Aun siendo una historia tan dura tiene momentos divertidos, situaciones muy llamativas y hasta sorprendentes giros argumentales, y desprende una paradójica vitalidad sustentada en la tremenda fortaleza de sus protagonistas.
En resumen, una novela extraordinaria que se hace realmente corta. Muy, muy recomendable, una de esas historias casi inolvidables que te hacen pensar y apetece releer.
Por cierto, antes leí dos novelas, 'La caída de los gigantes' y 'El invierno del mundo', de Ken Follet, parte de una trilogía sobre el siglo XX de la que no leeré la 3ª parte. Follet es un autor de éxito masivo que sabe contar historias y suele gustarme, pero cuando escribió estas dos novelas debía estar en baja forma el hombre, y supongo que se ha ganado el derecho a no ser siempre brillante. Ambas novelas, largas, pesadas e inacabables, sobre todo la segunda, mezclan situaciones de las dos grandes guerras con una especie de folletín multifamiliar y multicultural en el que se van entrecruzando sagas familiares a lo largo del tiempo.Las historias no enganchan, tienen un algo rutinario y muy trillado, y más allá del interés puramente histórico, son tremendamente aburridas. Varias veces estuve a punto de cerrar el libro y coger otro, aunque mi pundonor me ha hecho acabarlas. En resumen, no merece la pena dedicarles tiempo. De nada ;)